Los restaurantes situados en hoteles de lujo, tienen ciertas peculiaridades que los distinguen de los independientes. De entrada, como es lógico, cuentan con una clientela de turistas que condiciona desde el servicio hasta la carta, pasando por los vinos: personal que en ocasiones habla mejor inglés que nuestra lengua, sabores e ingredientes que el mundo entero sabe que son típicos de la península o de Catalunya y vinos clásicos que permitan una elección relativamente sencilla.

Por otra parte los restaurantes de hotel, cuentan con unas instalaciones más lujosas, que se notan desde la misma entrada, como un imponente hall con personal perfectamente uniformado. Esta categoría de locales cuenta además con un sustento económico que proviene del beneficio proporcionado por el negocio hotelero e incluso muchas veces el propio restaurante, aunque deficitario, sirve de reclamo a modo de marketing para atraer a más clientes a sus habitaciones. De hecho este sustento económico les permite contar con el asesoramiento de grandes chefs que dan firma y, por lo tanto, reputación a la propuesta. Todo esto genera un tipo de restaurantes algo fríos para el gourmet local, también más caros, pero a la vez brindan la oportunidad de vivir una experiencia gastronómica más lujosa, con muchos medios y casi siempre culinariamente muy satisfactoria.

El de hoy, la Fonda España, es un perfecto ejemplo de este género. En un precioso hotel, con mosaicos modernistas en las paredes y decoración también de la época, se encuentra a nivel de la calle Sant Pau, en pleno Raval, casi tocando a las Ramblas, este impresionante restaurante que lleva la firma de Martín Berasategui aunque el que cocina, y muy bien, es Germán Espinosa. Importante recepción, en la que cohabitan el restaurante del que hablamos hoy y un atractivo bar de cocktails en el que se puede acabar la velada. Mesas y mobiliario negros, con un imponente mueble en el centro de la sala, como se hacía antes, manteles blancos y techo alto, altísimo, completan una estampa que impresiona como pocas.

La propuesta gastronómica tiene tres opciones: un menú económico de 35 euros, la carta, con platos elaborados aunque algunos muy ligeros, ideales para una comida rápida antes de salir del hotel y, sobre todo, cuenta con el “Menú Modernista” en el que el chef pone toda su creatividad y con la que, bajo el hilo del modernismo, plasmado en la cubertería, uno se da un homenaje gastronómico que, eso sí, paga al precio de 75 euros sin bebidas. Nosotros probamos algunos de los platos más importantes de este menú, así como otros que solamente están disponibles en la carta.

Empezamos con este magnífico aperitivo “galleta de pie de cerdo con txangurro y mayonesa pica”, un bocado con chispa, crujiente y sabroso. Digno de un restaurante con las estrellas francesas. Como entrante probamos la ensalada de “tomates ecológicos, aguacate, queso San Simón y sorbete de cítricos y verduras”, delicada, elegante y fresca. Nos encantó el punto aterciopelado que aporta la crema de aguacate en el conjunto y el detalle de los tomates pelados, se nota mimo en la cocina.

Galleta de pie de cerdo con txangurro y mayonesa pica

Tomates ecológicos, aguacate, queso San Simón y sorbete de cítricos y verduras

Continuamos con un clásico entre los clásicos de la cocina vasca, influencia de Martín, un “rodaballo a la donostiarra con patata panadera y piquillos a la llama”, pescado bien fresco y con una excelente cocción del rodaballo (no fácil) y de la guarnición, con las patatitas bien pochaditas. Ideal para acompañar con un poco de pan.

Rodaballo a la donostiarra con patata panadera y piquillos a la llama

Posteriormente atacamos las carnes con el “guiso de pies de cerdo con nabos, all i oli y mojo de hiervas”, un plato que por la mezcla de sabores nos trasladó a México, y con el “Pichón, corazón de sus interiores con foie, salsifis y praliné de avellanas”, muy bien cocinado, en el punto exacto y jugoso.

Guiso de pies de cerdo con nabos, all i oli y mojo de hiervas

Pichón, corazón de sus interiores con foie, salsifis y praliné de avellanas

Los postres son “un must”. Probamos el “chocolate blanco con espárragos, té matcha y menta” y la “leche merengada, lima, frambuesa y anisados”, ambos postres con una presentación especialmente cuidada, con un equilibrio de sabores y texturas estudiado. Sin duda, hay que guardar un hueco para disfrutarlos.

Chocolate blanco con espárragos, té matcha y menta

Leche merengada, lima, frambuesa y anisados

Una experiencia que recomendaríamos a cualquier gourmet foráneo y que hoy también nos atrevemos a recomendarte a ti. No es un restaurante de a diario, pero si tienes una cita y quieres acabar con conquista segura, si estás de celebración o si quieres quedar muy bien con clientes de aquí o de allí, la Fonda España es una lujosa, singular y gastronómicamente interesante opción. Y aunque Gaudi, Puig i Cadafalch o Domènech i Muntaner posiblemente no pudieron probar platos así, seguro que les hubiese encantado poder hacerlo tanto como a nosotros. 

Puntuación
Comida   Vinos
75   70
Servicio   Local
73   79
Precio   Estrellas Miguelín
35,5€   2 estrelles
Por persona: Menú noche 35,5€/persona - Menú Diario Mediodía: 27€/persona - Menú Degustación: 75€/persona  

¿Dónde está Fonda Espanya?

Dirección: Carrer de Sant Pau, 9-11, 08001 Barcelona

Teléfono: 935 50 00 00

Horario: De lunes a domingo de de 13:00h a 15:30h y de 20:00h a 22:30h. Cerrado domingos noche y festivos noche.

Webhttps://www.hotelespanya.com/ca/restaurant-fonda-espana/