Empieza la cuenta atrás para Halloween, y con esto, todo el ritual correspondiente para estar a punto en la noche más esperada.

Los sustos, los disfraces y el maquillaje son determinantes para celebrar la fiesta como es debido, pero, como en todo evento, tampoco puede faltar la comida.

Como celebración originalmente anglosajona que es, las 'cookies' son uno de los alimentos de la noche por excelencia. Eso sí, para esta ocasión las galletas adoptan la imagen corporativa correspondiente... es decir, caras de miedo.

¿Cómo hacerlo? Primero, como si hicieras una cookie cualquiera. Es decir, de forma muy resumida: juntar los productos (mantequilla, azúcar, huevo, harina y chocolate), para después darles forma de bola con las manos. A continuación, las refrigeramos durante al menos una hora, para después calentarlas en el horno a 200 grados. Acabamos chafándolas para darles la forma habitual, y horneándolas durante 10 minutos.

Una vez la 'cookie' ya está horneada, hay que adecuarla a la noche más temida del año. Los ojos de la galleta los haremos con perlas de azúcar; los dientes, con astillas de almendras; y los marcadores de colorante rojo y negro para el resto de detalles de la cara. Ya tendrás las cookies de Halloween a punto para comer.

31 de octubre: noche de miedo, comida de miedo.