Ni en los mejores sueños, pensarán algunos. Y es que no es habitual heredar una casa y encontrar 100 kilos de oro.

Es el caso de un hombre francés, que acababa de heredar una vivienda en la localidad de Évreux, en la Alta Normandía. La posible emoción del nuevo propietario le llevó a rastrear el hogar de arriba a abajo y, como sorpresa, a encontrar un 'regalo' inesperado.

El 'tesoro' no estaba a la vista, ni concentrado en un único punto. El hombre encontró los 100 kilos de oro repartido entre monedas, barras y lingotes situados bajo los armarios, en el lavabo... "estaba escondido en todas partes".

El descubrimiento empezó cuando el hombre encontró bajo un mueble una caja de lata con piezas de oro. A partir de aquí, la curiosidad se tomó del nuevo dueño, que acabó encontrando oro en rincones de todo tipo... Incluso dentro de la caja de una botella de güisqui.

No se embolsará todo el dinero

El hombre ya ha vendido todo el oro por 3,5 millones de euros. Por el contrario, no lo cobrará todo, a causa de la normativa francesa sobre sucesiones. Al nuevo propietario de la casa le corresponde el 45% de esos 3,5 millones de euros. El resto, a las arcas del Estado. 

El oro, explica el diario local La Dépêche, había sido adquirido legalmente por el anterior dueño de la casa, a mediados de siglo pasado.