Los cerdos pueden ser optimistas o pesimistas. Así lo ha determinado un estudio de la Universidad de Lincoln en Inglaterra, que asegura que el estado de ánimo de estos animales va ligado a su personalidad. El estudio se basaba en hacer tests a 36 cerdos menores de dos meses mostrándolos objetos que no habían visto nunca, como un cono de tráfico naranja. Delante de eso, la reacción de los animales se dividió entre los que exploraban el objeto -los reactivos- y los más prudentes -los proactivos-, que se lo miraban desde la distancia.
Después de eso, se dividió los cerdos en dos grupos. Unos cuantos fueron introducidos en un ambiente de una granja porcina comercial con tierras de hormigón, mientras que el resto fueron a un espacio de lujo, con mucha paja y más cabida. Eso puede influir en el estado anímico del animal, según el estudio, porque el cerdo está condicionado por la condición corporal.
También se puso en una esquina un cuenco con M&Ms y en otra con granos de café. De aquí es de donde, precisamente, sale el resultado del estudio. Más tarde, cuando los cerdos ya habían aprendido a ir sólo a las esquinas donde se encontraban los M&Ms, decidieron colocar los cuencos vacíos con el chocolate en posiciones ambiguas.
Los cerdos que tendían a ser más optimistas son los que corrían para conseguir el chocolate, mientras que los otros, en una granja, suelen ver el mundo de manera más pesimista" y "no son capaces de hacer frente al cambio", según los autores del estudio.
Con todo se pretende dejar constancia que los animales que viven en granjas masificadas no tienen por qué acabar respondiendo de maneras similares. Eso sí. Siempre y cuando los granjeros miren cada animal como un ser individual.