Los espejismos son lo que son: alucinaciones transitorias provocadas por una alteración de la percepción que puede obedecer a diferentes motivos. No entraremos en el detalle de esta cuestión, pero sí señalaremos a quién y a qué nos referimos cuándo hablamos de espejismo: al sorprendente comportamiento de Victoria Federica hace unos días en el palco del Santiago Bernabéu, siguiendo un partido de los blancos acompañada por dos amigas. La hija de Elena de Borbón nos dejaba de piedra con una actitud simpática, risueña y buscando las cámaras de televisión. ¿Quién es usted y que ha hecho con la joven de 22 años arisca y nada amistosa que conocíamos? Una pregunta que no tiene respuesta, o sí (y no la responderemos aquí), pero que ya no importa. No, porque Vic ha vuelto. La de siempre, la original.

La pequeña de los Marichalar es dignísima hija de su madre, de su padre y hermana de Froilán, por descontado. Genéticamente es un clon. Y no, no hablamos de aspecto exterior: aquí hemos venido a hablar de carácter, de forma de ser, de personalidad. La mala leche se ha transmite de forma impecable: los humos, la petulancia, el creerse el ombligo de la humanidad, el tratar al resto del mundo como súbditos y empleados. Además, el tipo de educación que le han procurado en casa no ha hecho más que multiplicar estas "virtudes". Las pocas veces que la vemos sonreír es cuando va de fiesta; el resto del día muerde. Esta es la auténtica sobrina de Felipe VI, el resto es una mala copia.

Victoria Federica salvo Real Madrid Tik Tok
Victoria Federica sonríe en el palco del Bernabéu / Tik Tok
Victoria Federica salvo Real Madrid 2 Tik Tok
Victoria Federica sonríe en el palco del Bernabéu / Tik Tok

Victoria Federica quiere la corona de influencer, pero la que merece es la de la mala cara

Sin Froilán acaparando toda la atención mediática, últimamente Vic vivía más tranquila. Ahora que no está vuelve a convertirse en el objetivo número 1 de la prensa. Y claro, como la criatura es cualquier cosa menos discreta, se sabe en peligro. Que resbale es una cuestión de tiempo. De poco tiempo. Además no hay que pincharla demasiado, ella solita es capaz de liarlas gordas y volver a llevar la corona de la mala cara. Una que no casa para nada con la que reclama desesperada, la de mejor influencer de la muerte del mundo mundial e icono de moda internacional. La realidad es que la única que merece es de cartón, de mentira, de disfraz. No engaña a nadie. Nadie que no se quiera dejar engañar, claro, como los franceses de Point de Vue o la prensa cortesana española. Tiene los pies de barro.

Victoria Federica caída Europa Press
Victoria Federica tiene los pies de barro / Europa Press

La hija de Elena contra la prensa en la semana de la moda de Madrid

La última muestra del talante de Victoria Federica la vimos al día siguiente de la famosa visita al campo del Real Madrid: asistió a la semana de la moda de Madrid con un diseño propio de Astraco, aquel personaje de 'Los Mundos de Yupi'. Que sí, que los entendidos dirán que era maravilloso, que iba elegantísima, que tal y que cual. Pero cuando tienes la impertinencia como modus vivendi ya puedes ponerte lo que quieras: te conocerán como la antipática, como la sota de bastos. Solo le ríen las gracias los arrastrados, que hay a espuertas. Bien, gracias: siempre que consideramos como tal que le hable mal a los informadores que cubrían el acontecimiento y que en definitiva iban a enaltecerla artificialmente. Le preguntaron por las novedades de su vida, si tiene novio, si quiere ir a la tele, si echa de menos a su parnter in crime Froi... y ella, arrogantey con una mueca de no haber ido al lavabo en 2 semanas, les espetó un "no os enteráis de nada". Sonrió medio nanosegundo para salir en la foto, después... la amargura de siempre.

Elena Victoria GTres
La infanta Elena y Victoria Federica / GTRES
Victoria Federica Mercedes Benz Fashion Week Europa Press
Victoria Federica en la semana de la moda de Madrid / Europa Press

Una princesita que no parece demasiado inteligente: en vez de ganarse a la prensa y favorecer que le tapen los escándalos, los maltrata. Ya se arrepentirá.