La nieta nietísima Victoria Federica no ha roto sus planes de recreo por la visita de su abuelo a España. Ella sigue de fiesta, toros y jaranas diversas mientras el anciano Borbón se exhibe en Sanxenxo. No ha encontrado un momento para hacerle una visitita, ni siquiera fugaz o íntima. Cosa que sí ha hecho su madre Elena o su primo Pablo Urdangarin. Pero es que ninguno de ellos tiene la intensa vida social de la pequeña de los Marichalar Borbón, claro. Es la nueva estrella que brilla en el universo de las vanidades españolas. Y eso, amigos y amigas lectoras, es un trabajo muy sacrificado. No tiene tiempo. Ni fuerzas. Total, ya lo vio en Abu Dabi, su nueva casa.
Además no tenemos que perder de vista que Vic está viviendo un momento sentimental peculiar, confuso, agitado. Ha roto con su novio Jorge Bárcenas, el disc-jockey con el que ha quemado las noches más pijas durante los últimos dos años. El estallido mediático y virtual de ella, sin embargo, ha separado sus caminos de forma abrupta, aunque ninguno de ellos haya querido confirmar la noticia. No hace falta: las imágenes hablan por sí mismas. Y verles por separado haciendo todo aquello que hasta hacía dos minutos era un plan de enamorados interminable no deja ningún lugar a la especulación. Next. Dicen que ella ha dejado el piso de lujo que compartían y ha vuelto a casa de mamá. Cada uno por su lado, y aquí paz y después gloria.
Ninguno de los dos extortolitos está aparentemente preocupado por la separación. Ella es feliz paseándose por Las Ventas con nuevos amigos y viejos ídolos, como Ayuso. O yendo a la Feria de Abril a degustar rebujitos hasta perder el móvil y hacer intervenir al CNI. En teoría es la fuerte de la relación y de la ruptura, pero observará con curiosidad y quizás cierta mala luna las peripecias de Jorgito. Tampoco pierde el tiempo. Hace unos días, de tardeo en Mar Torres, ex de Froilán y por lo tanto, excuñada. Y ahora, según 'LOC', con nuevos objetivos en el radar.
Bárcenas, todo hay que decirlo, triunfa mucho como pinchadiscos. Lo llaman de muchas salas y discotecas para animar la juerga. Y él, cada día más, se suelta y se libra del san benito de "ex de". Como lo que hizo mientras ponía música en el Lula Club, el local del novio de Tamara Falcó, Íñigo Onieva. Lo más de lo más en Madrid. Eso está lleno de gente joven, guapa y con historia en el mundo del famoseo: es el caso de la influencer catalana Andrea Dalmau, a quien todos relacionábamos con el triunfito Luis Cepeda. Pero atención: esta semana ella ha partido peras y es soltera. Sin compromiso. Y con alegría. Los dos bailaron en el escenario y, según el suplemento del diario 'El Mundo', allí se olía algo más que una amistad.
Quien no corre vuela, Victoria. Jorge ya no mira al pasado.