Antes de instalarse en Abu Dhabi después de huir, Juan Carlos era un habitual en los países árabes. A menudo se lo vio en plan campechano en países como los Emiratos Árabes, donde por ejemplo, viajó una docena de veces los últimos años, entre negocios, funerales, vacaciones y acontecimientos deportivos. Allí el emérito tiene muchos amigos. Uno de ellos, el jeque Nahyan Bin Mubarak Al Nahyan, exministro de Cultura, Juventud y Desarrollo Comunitario de aquel país y actual ministro de Tolerancia de los Emiratos. Un príncipe a quien vemos hablando con el rey español en esta foto del 2014 y que ahora ha visto cómo lo han denunciado por abusos sexuales a una trabajadora.
Nahyan Bin Mubarak y Juan Carlos (GTRES)
Nahyan Bin Mubarak y Juan Carlos (Efe)
Bin Mubarak ha sido denunciado, tal como explica el diario El Mundo, por una joven británica y trabajadora suya, Caitlin McNamara, con la que, en teoría, tenía que preparar un festival literario en Abu Dhabi. El pasado 14 febrero la citó en un palacete de un solitario islote de los Emiratos. Pero en lugar de hablar de trabajo, dice la denunciante que abusó sexualmente de ella. En una entrevista al diario The Times, la joven ha hecho a un testimonio muy duro: "Estaba claro por la puesta en escena que yo no fui la primera ni sería la última. Realmente me costó mucho, mental y físicamente, lo que para él probablemente fue sólo un capricho".
Caitlin McNamara y Nahyan Bin Mubarak
La mujer, de 32 años, explica por qué se ha decidido a denunciar al príncipe, de 69: "He querido hacer esto porque quiero subrayar el efecto de hombres poderosos como él haciendo cosas como esta y pensando que pueden salirse con la suya", explica de un San Valentín que nunca se le olvidará, lamentablemente. El relato de los hechos que hace al citado medio inglés pone los pelos de punta: "Empezó a tocarme... Fue escalofriante. Estaba en el sofá a mi lado y empezó a tocarme el brazo y los pies. Yo me alejé, pero él se puso muy enérgico. De golpe, entendí por qué estaba allí. Estaba sola en aquella isla en un edificio de cemento con un hombre poderoso en un país donde cada día se escuchan historias de personas que desaparecen en el desierto".
Nahyan Bin Mubarak
La joven británica asegura que no tiene nada que perder, por muy duro que sea recordar según qué detalles cuando le dijo al jeque que quería marcharse de allí: "Subimos en un ascensor dorado donde él me puso contra la pared y empezó a fregarme los pechos de una manera extraña, como si fuera un limpiaparabrisas. Llegamos a una habitación llena de tarros de perfumes y él me empujó sobre una cama circular recubierta de piel. Se levantó el 'kandora' (la tradicional túnica blanca) y debajo estaba desnudo. Se puso encima mío". Ella intentó zafarse, dice, pero sin éxito: "Me daba golpes y puso los dedos dentro de mí. Practicó sexo sin penetración contra mi pierna mientras yo trataba de huir".
Nahyan Bin Mubarak, Tony Blair, Boris Johnson y Caitlin McNamara
Los abogados del jeque árabe argumentan que "la acusación llega ocho meses después del supuesto incidente y a través de un diario de tirada nacional" y que "nuestro cliente está sorprendido y triste". Desde el festival literario, que evidentemente, se ha suspendido, insisten en su apoyo a McNamara "en la búsqueda de reparación legal por este ataque y le pedimos a nuestros amigos y socios de los Emiratos que reflexionen sobre el comportamiento del jeque y envíen una señal clara al mundo de que este comportamiento no será tolerado".