El baile de títulos reales en los últimos tiempos en Inglaterra aún trae cola. Hay unos cuantos que se han beneficiado del cambio de carteras y de los ascensos, hay otros que se han quedado igual y hay algunos otros que se han quedado con las ganas. Ahora nos centraremos en estos últimos, no sin antes comentar todos los nuevos títulos. Y es que, además de los títulos oficiales que han recibido los pequeños de la familia (Archie y Lilibeth, hijos de Harry y Meghan Markle), el hermano del rey y su esposa (Eduardo y Sofía) se han convertido en los nuevos duques de Edimburgo, un título que había quedado vacante a raíz de la muerte de Felipe de Edimburgo. Por deseo de la reina Isabel, este título real lo quería para su hijo Eduardo y ahora el rey Carlos III de Inglaterra ha hecho efectiva la intención de su madre.
Este otorgamiento del ducado de Edimburgo, sin embargo, ha traído consecuencias para los hijos de Eduardo y Sofía. Antiguos condes de Wessex, este condado ha recaído en manos de James. Ahora, el quinceañero de la familia real británica ya es oficialmente conde de Wessex, un título que ha recaído en él y no en su hermana Louise, que seguirá manteniendo el trato formal de Lady Louise. El motivo de esta diferencia entre ella (nacida en el 2003) y su hermano (nacido en el 2007) está claro que no es un tema de edad. Por edad, ella es la más joven y le correspondería este título. La verdadera razón por la que Luisa Mountbatten-Windsor no es condesa de Wessex y su hermano sí es por el machismo que impera en muchas de las familias reales, que se remonta a muchos años atrás.
En 'La Firma', igual que en muchas otras monarquías, los títulos reales de condados y ducados se deciden por la primacía del varón sobre la mujer. Isabel II ya cambió en su momento la Ley Sálica y esto fue un gran acierto en el seno de Buckingham. Ahora, en términos de corona, prevalece la edad y no si eres chico o chica: bien. Pero en todos los títulos reales no es así y eso es una lástima.
El perfil bajo de Louise y James
En una entrevista a un tabloide inglés en 2021, Sophie no se cortaba un pelo a la hora de explicar que sus hijos James y Lady Louise acabarían siendo como cualquier ciudadano del Reino Unido. Conscientes de que son parte de la familia del rey y que, según la legislación, podrían tener el derecho a reclamar los títulos de príncipe, los actuales duques de Edimburgo y antiguos condes de Wessex han educado a sus hijos con una mentalidad trabajadora. Quieren que sean autosuficientes y no unos mimados de 'La Firma' que, por pertenecer a la Casa de SM El Rey, ya no tiene que pegar palo al agua. Han querido evitar un Froilán en la Royal Family. "Hemos tratado de criar a nuestros hijos siendo conscientes de que es muy probable que tengan que trabajar para ganarse la vida", declaraba Sophie. Tanto ella como Eduardo como sus hijos James y Lady Louise prefieren mantener un perfil discreto y bajo y no entrar en berenjenales como sí han hecho a lo largo de su vida (y siguen haciendo) los duques de Sussex. Quieren ser fieles a Carlos III y a Camilla Parker-Bowles y el sigilo es la mejor vía. A trabajar y a currar, como hacen todos los anglosajones.
