15 de septiembre del año 2012. Felipe y Letizia todavía no eran reyes de España. Ella aquel día celebraba su 40.º cumpleaños. Zarzuela encarga un reportaje fotográfico para conmemorar esta fecha a la fotógrafa Cristina García Rodero, la primera fotógrafa española en ingresar en la prestigiosa agencia Magnum. En una entrevista para la revista Vanity fair, se puede leer "que provocó bastante desconcierto. Se dijo que no representaba su estilo". Cuando le pidieron a la artista este trabajo, se sorprendió. Después, todo son elogios hacia la pareja, y eso que hubo un par de situaciones peculiares.
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Un reportaje de la familia feliz como si fueran los personajes de una serie romántica de los años 80. "Los Príncipes fueron de una generosidad y una naturalidad increíbles, me dieron todo lo que yo quería y el tiempo que necesitaba". Por tiempo libre de la familia real no hay que sufrir. Recuerda la fotógrafa que no fue un encargo especialmente complicado y que las dos niñas, Leonor y Sofía, eran muy naturales. No tanto un acartonado Felipe a quien García Rodero tuvo que decir que se quitara los zapatos: "como él no lo hacía, se los tuve que quitar yo".
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No fue el único momento surrealista. Ella estaba bastante nerviosa "y no me salía llamarlo ni señor, ni alteza ni nada, y le dije: '¡Niño'! y claro, él no se enteraba de que le estaba llamando, y Letizia le dio con el codo diciéndole 'que es a ti'".
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No cuesta nada imaginarse la escena con Letizia controlando la situación y avisando a su marido de que hiciera caso a las indicaciones. También, evidentemente, hubo alguna recomendación o petición por parte de la entonces futura reina a la fotógrafa: "me pidió que retocara las alzas de sus zapatos, que se habían ensuciado de agua". Hay suciedad que la monarquía puede limpiar con filtros fotográficos. Otra no es tan fácil.