Este verano en Marivent no será como los de antes. La reina Sofía, que cada año se refugia en el palacio mallorquín para respirar lejos de Zarzuela y de Letizia, llega esta vez con el corazón encogido. Todo apunta a que será un verano negro, marcado por la enfermedad terminal de su hermana Irene de Grecia, la querida tía Pecu, y por la enésima ruptura entre sus hijos, que ni siquiera se dirigen la palabra.

Sofía tenía la costumbre de instalarse en Marivent a mediados de julio. Allí mandaba ella. Pero este año, ese pequeño oasis se ha convertido en un territorio de angustia. Su hermana Irene, su sombra, su apoyo discreto desde hace décadas, ya no puede moverse sin asistencia. Está muy enferma, muy débil. La reina la cuida con una mezcla de ternura y resignación. Sabe que se le va.

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Felipe, Letizia y Sofía

El verano pinta negro para la reina Sofía en Marivent

Y como si no tuviera bastante, la familia real está rota. Una vez más. La publicación de las memorias del rey Juan Carlos I ha dinamitado lo poco que quedaba en pie. Felipe VI considera el libro un error catastrófico, una provocación inútil que puede volver a incendiar la opinión pública contra la monarquía. En cambio, Cristina y, sobre todo, Elena, lo apoyan totalmente. Para ellas, su padre sigue siendo un referente. Para Felipe, es una amenaza.

El resultado: no se hablan. Los tres hijos de Sofía están enfrentados. Felipe y Elena llevan semanas sin comunicarse, y con Cristina el contacto es frío y protocolario. Sofía intenta mediar, pero ya no la escuchan como antes.

Leonor, Sofía, Letizia y la reina Sofía / Gtres
Leonor, Sofía, Letizia y la reina Sofía / Gtres

La tensión entre los borbones sube como la temperatura en verano

Y a todo ello se suman las tensiones latentes entre Felipe y Letizia. El matrimonio, tal y como han confirmado varios expertos en la monarquía, hace tiempo que no existe. Solo actúan de cara a la galería. De ahí que cada vez pasen menos tiempo en Marivent. Ninguno tiene ganas de estar al lado del otro tantos días. Por ende, la princesa Leonor y la infanta Sofía también pasan cada vez menos días en la isla balear.

La reina emérita vive su vejez en una casa dividida, rodeada de silencios tensos, con su familia cada vez más ausente y su marido en Abu Dabi escribiendo confesiones. Sofía tiene previsto instalarse allí el próximo 15 de julio. Aunque visto lo visto, quizás le sale más a cuenta, a ella y a su salud emocional, quedarse en Madrid. Sofía sabe que este será un verano para aguantar lágrimas, no para celebrar nada.