La reina Sofía se ha enfrentado a años especialmente delicados con la pérdida de su hermano Constantino a causa de un derrame cerebral y la enfermedad de su hermana Irene de Grecia. La emérita se hace mayor y experimenta como pierde a personas que eran vitales en su vida. Ha llegado el momento de las despedidas y los problemas de salud que empiezan a hacer mella en ella y en su estado anímico.
La emérita está a punto de cumplir 87 años y ve como su familia está completamente dividida. Su gran sueño es poder reunir a sus ocho nietos alrededor de la mesa, pero parece que eso será una misión imposible. Letizia no piensa consentir que sus dos hijas tengan relación con los hijos de las infantas Elena y Cristina.
Felipe VI, Elena y Cristina han acercado posturas con su madre tras los últimos acontecimientos y su avanzada edad. Saben que atraviesa un estado anímico complicado e intentan pasar el mayor tiempo con ella para entretenerla. Vive con Irene de Grecia y su enfermedad no es buena para nadie, pero no quiere separarse de su lado, unidas para siempre.
La reina Sofía tenía mucho miedo de que esto pudiese ir a más
El pasado lunes España vivió un hito histórico. Se hablaba de ello hace un par de años y hace unos meses se recomendó tener provisto un kit de supervivencia, pero pocos españoles se creyeron que algo así podía suceder. España se fue al fundido a negro. Se quedó sin electricidad, el apagón. Se vivieron horas muy angustiosas, especialmente en hospitales donde funcionaban con generadores.
La reina Sofía tenía miedo de que esto fuese algo mayor, pero no se han desvelado aún los motivos de este apagón. Se intenta descartar un ciberataque, por ahora podría ser más una subida de tensión. La madre de Felipe VI tuvo luz, aunque una mayor proporción debido a los generadores, y estuvo vigilada por las fuerzas de seguridad. No obstante, ella sabía que esta situación podía volverse insostenible si continuaban días y días así. Las consecuencias podían ser fatídicas, también para ella. Por este motivo sufrió un ataque de ansiedad, lleva mucho encima, y recibió atención médica en casa, del mismo personal que atiende a Irene de Grecia. Además, sufría por algunos de sus nietos como Victoria Federica. Aunque tuviese móvil, como el resto de españoles, no podía conectarse con nadie. Un absoluto caos.
