La reina Sofía vive unos años muy complicados. No solo está preocupada por su avanzada edad y los problemas que la acompañan, el próximo mes de noviembre cumplirá 87 años, sino que también ha sufrido importantes pérdidas que han dañado su estado anímico. La emérita nunca ha sido una reina feliz, y es que ha sufrido mucho a lo largo de su vida, en gran parte por culpa de Juan Carlos I. Sufrió un desengaño amoroso con Harald de Noruega, y la obligaron a casarse con alguien de quien no estaba enamorada. Además, el emérito no le hacía ningún caso porque él tampoco estaba enamorado, solo cumplía con sus obligaciones.

En su fallido matrimonio, la reina Sofía se apoyó en dos personas muy importantes. Por un lado su hermano Constantino de Grecia, que falleció a causa de un derrame cerebral hace tres años. Siempre le visitaba en Londres y una vez que ya no actuaba como reina, se quedaba largas temporadas con él y su familia. Irene de Grecia ha sido siempre su principal apoyo. Su hermano llegó a España para buscar pretendiente, pero como no lo encontró se quedó a vivir con su hermana en Zarzuela. Llevan más de cincuenta años juntas y se han hecho inseparables. Por ello, la madre de Felipe VI sufre al ver que la octogenaria padece Alzheimer y ha olvidado prácticamente todo. Hasta funciones básicas como caminar o tragar. El cuerpo de Irene va deteriorándose con el paso del tiempo. Padece Alzheimer y la enfermedad está muy avanzada. En parte es como si la reina Sofía se hubiese quedado sin dos apoyos muy importantes para ella, sus dos grandes pilares.
La reina Sofía se ha quedado sin sus apoyos más importantes
La reina Sofía ni tan siquiera quería ir a Mallorca por no dejar a su hermana Irene sola. Tal y como se ha confirmado, la emérita ha viajado a la isla balear este fin de semana con Felipe VI. El rey ya no quiere que vaya sola por su delicado estado de salud, e Irene de Grecia se ha quedado en Zarzuela con el personal médico que la asiste 24 horas al día.
Pero no ha sido la única pérdida para la reina Sofía. Los veranos en Palma de Mallorca eran lo mejor para ella. Marivent era el lugar donde encontraba paz y tranquilidad, rodeada de toda su familia y amigos. Sin embargo a día de hoy ni su familia se reúne en el palacio ni tan siquiera la pueden visitar sus amigos porque algunos ya ni están.
Este año tal vez tampoco contará con la visita de Tatiana Radziwill. La octogenaria se desplaza en silla de ruedas tras sufrir un ictus hace un par de años. Es prima de la reina Sofía e Irene de Grecia.
