La reina Sofía ha apoyado siempre a todos sus hijos. Quería que se casasen con alguien de la realeza, aunque sabían que no serían felices porque ella lo corroboró en primera persona con su matrimonio con Juan Carlos I. Solo la infanta Elena se casó con un aristócrata y es el matrimonio que menos duró. La apoyó en su ruptura con Jaime de Marichalar, igual que se desvivió por los Urdangarin cuando fueron juzgados e Iñaki Urdangarin tuvo que entrar en prisión. Ya que no era reina de España se permitió la licencia de pasar varias semanas en Washington y en Ginebra, donde vivían ellos, incluso visitó al exjugador de balonmano en la cárcel. Pero tampoco olvidó a Felipe VI, aunque Letizia siempre dejó que se acercase poco a su hijo. El monarca es su máxima debilidad de todos sus hijos.

Los eméritos solo tuvieron relaciones íntimas para dar a luz al varón, el futuro rey de España, pero para colmo de Juan Carlos I, los dos primeros nacimientos fueron mujeres, estuvo a punto de cambiar la constitución, pero no confiaba mucho en la infanta Elena para liderar la corona. Felipe VI fue el más joven de sus hijos, el único hijo y el más pequeño, así que por supuesto iba a ser el mimado. La reina Sofía le trataba como su favorito y despertaba los celos de sus dos hijas.
Cuando cumplió una cierta edad, Juan Carlos I empezó a buscarle pareja. Felipe VI no se relacionaba con ninguna mujer, sus únicos amigos conocidos por los reyes eran los hermanos Fuster. Por este motivo, el emérito empezó a sospechar y es que cada vez se rumoreaba más que el entonces príncipe podría tener otros gustos.
Felipe VI no estaba enamorado de las mujeres
Fue Laura Rodríguez quien hizo público que Felipe VI podría estar enamorado de otros hombres en vez de mujeres, igual que Juan Urdangarin. Sin embargo, eso sería un escándalo para la corona, y más para aquellos tiempos. Para Juan Carlos I era una deshonra, aunque la reina Sofía le comprendía más y sea cuales sean sus gustos siempre le apoyó. Lleva 39 años ayudándole a esconder el gran secreto.
Laura Rodríguez habló de una bisexualidad en su juventud, pero no le quedó más remedio que acordar un matrimonio de conveniencia con una mujer para disimular y acabar de una vez por todas con los rumores. Se vio en la obligación de casarse con Letizia, la mujer más ambiciosa que encontró, aunque él no quería. No era feliz. Acordaron hacer cada uno su vida mientras cumpliesen con sus funciones institucionales y tuviesen descendencia.
