Siempre enseñaron a la reina Sofía a preocuparse por los demás más que por ella misma. Así ha actuado siempre con su familia. También con Juan Carlos I, a pesar de las humillaciones y traiciones a las que la ha sometido a lo largo de los años. Ayudó incluso a su suegra, María de las Mercedes de Orleans, que pasó por una depresión por la muerte de su hijo y ahogó sus penas en el alcohol. El emérito ha agradecido mucho el apoyo de su mujer, aunque hayan cesado la convivencia. De hecho, la madre de Felipe VI figuraría en su testamento junto a sus hijas Elena y Cristina, y tal vez hasta Marta Gayà.

La reina Sofía cesó la convivencia con Juan Carlos I porque ninguno de los dos se quería y era la mejor decisión, no se divorciaron por el bien de la corona. Aunque nunca han confirmado el fin de su relación, es evidente que no comparten ningún plan juntos. Viven totalmente separado, ella en Madrid y él en Abu Dabi, a miles de kilómetros de distancia. No obstante, la emérita siempre ha mostrado su preocupación por el padre de sus hijos cada vez que ha pasado algo, y nunca le ha importado sentarse a su lado ni hablar con él, como sucedió en el entierro de la reina Isabel II. La reina Sofía acudió al funeral de varios sobrinos del emérito, igual que él estuvo presente en el funeral del hermano de su mujer.
La reina Sofía, muy preocupada por el estado de salud de Juan Carlos I
No lo ve tanto como cuando vivía en Zarzuela pero está al corriente de su salud, incluso en ocasiones hablan por teléfono o videollamada. La reina Sofía le pregunta muchas veces a sus hijas por le estado de salud de Juan Carlos I, ya que sabe que no es bueno. Desde hace años tiene serios problemas de movilidad. Sufre una artrosis muy avanzada y su pierna izquierda está prácticamente inmóvil. Se ha sometido a más de una decena de intervenciones de cadera y rodillas sin mucho éxito, incluso a tratamientos basados en la medicina regenerativa, pero tampoco han surtido efecto. Los médicos ya le han comunicado que se quedará en una silla de ruedas, su peor pesadilla.
La emérita le ha brindado todo su apoyo y también está haciendo esfuerzos para convencer a Felipe VI y que venga a vivir a Zarzuela. Ella se encargaría personalmente de cuidarle, como le han enseñado. El rey no está dispuesto a que su padre vuelva a Madrid, y menos que la emérita se encargue de cuidarlo, ya que suficientes problemas tiene ya con la salud de Irene de Grecia.
