El armario de Letizia tiene un estante especial donde los estilistas de la reina tendrían que detenerse unos segundos y poner remedio. La monarca acostumbra a lucir piezas envidiables y sus looks son los más elogiados de entre todas las monarquías europeas. Si no es una it girl, poco le falta. Pero de vez en cuando ha mostrado unos modelitos que no la favorecen mucho, especialmente, por lo mal que le quedan según qué vestidos en la zona de los brazos, con unas mangas extremadamente largas.

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El último ejemplo lo encontramos esta misma semana cuando se convirtió en la prota de La casa de papel visitando la Real Casa de la Moneda y la Escuela de Grabado y Diseño Gráfico que acoge la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. ¿El outfit escogido? Algunas de las piezas que ya le hemos visto en otras ocasiones, especialmente un top estampado geométrico y una falda de Hugo Boss combinados con una chaqueta en los mismos tonos, de su diseñador fetiche, Felipe Varela. ¿El problema? Que a pesar de ser una vestimenta adecuada por el lugar, la hora y el acontecimiento, había algo que hacía daño a los ojos rompiendo toda armonía: la largura de las mangas del abrigo. O Letizia no serviría para hacer de modelo de Da Vinci para el hombre de Vitrubio o las modistas de Zarzuela tienen un serio problema con las medidas.

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Este resbalón estilístico no es la primera vez que lo vemos, tal como recuerdan en la revista Vanity Fair. No ajustar la longitud de las mangas está convirtiéndose en una tónica habitual y nada favorecedora. Parece como aquella niña que le ponen la ropa de la hermana mayor sin que todavía haya llegado a su misma estatura. En su vestuario hay piezas que no se sabe exactamente por qué, no se recortan: una blusa con el cuello fruncido o un traje-chaqueta entallado gris, entre otros. Explica el citado portal que sorprende este poco cuidado en según qué piezas, especialmente porque está asesorada de su estilista Eva Fernández y una costurera privada que ajusta permanentemente su ropa.