Carlos III se ha visto en la obligación de tomar una decisión respecto al príncipe Andrés. Obligado por las presiones familiares, el actual monarca ha retirado todos los títulos y honores a su hermano dejándole sin nada. Incluso en las próximas semanas deberá abandonar su residencia en la Royal Lodge, donde vivía desde hace dos décadas, y podría haber continuado toda su vida, ya que tenía un contrato de arrendamiento que si se incumplía en los próximos 78 años se le debían abonar 600.000 euros si la casa estaba en buen estado.

El hermano de Carlos III ya es expríncipe, ahora se le conoce como Andrew Mountbatten Windsor. Deberá abandonar en la mayor brevedad posible su vivienda para trasladarse a otro lugar. Carlos III no quiere dejar solo a su hermano y le ha prometido que le financiará su vida de forma privada, una clara estrategia para que se mantenga en silencio y alejado del foco mediático. Se le ha propuesto alojarse en Abu Dabi, como ya hizo Juan Carlos I, pero parece que no es de su agrado.
El expríncipe Andrés ya tendría residencia asignada, la favorita de la reina Isabel II
Según fuentes cercanas a la Casa Real británica, se ha decidido que la residencia más adecuada para el hermano del monarca sea el palacio de Sandringham, ubicado a tres horas de Londres. La finca es propiedad de la familia real desde hace más de 150 años, y la reina Isabel II solía pasar las festividades navideñas en ella. El Palacio de Sandringham cuenta con 32 kilómetros cuadrados de terreno y se encuentra en la zona de la costa del condado de Norfolk.
La vivienda era el refugio de la reina Isabel II, una de sus favoritas. Está rodeada de naturaleza. Miles de hectáreas de césped y bosque en el que correr y perderse. Sus terrenos se extienden hasta ocupar cerca de 10.000 hectáreas y está situada en el condado de Norfolk, a unos 160 kilómetros al norte de Londres.
Tiene infinidad de estancias, entre las que destacan una bolera, unos establos, piscina, sala de cine o dos pistas de tenis. Incluso un photocall y un museo. La reina Isabel II también tenía a sus corgis enterrados en el jardín como una especie de homenaje. La propiedad alberga también una iglesia en el terreno. Al expríncipe Andrés no le faltará de nada. Todo comodidades. Además contará con servicio privado.
