La Casa Real española vive rodeada de escándalos, el más grave los delitos económicos del rey Juan Carlos, pero también la prisión del cuñado de Felipe, Iñaki Urdangarin, que casi arrastra a una infanta de España a la cárcel, Cristina se libró como su padre. Al lado de esto, los escándalos de faldas, el amante de Letizia Jaime del Burgo o las muchas amantes del emérito, palidecen, no tienen más relevancia que la de la prensa rosa y azul. En alguna ocasión ha habido sombras turbias para hacer silenciar amantes, como la muerte en extrañas circunstancias de la actriz Sandra Mozarowsky, embarazada con 18 años y sospechosamente caída de un quinto piso. O más recientemente la muerte también en un supuesto suicidio del marido de Raquel Sánchez Silva, que según algún periodista era entonces amante del rey o del príncipe. A veces los escándalos de cama esconden delitos peores que los económicos. Acaba de pasar en la Casa Real inglesa.

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Andrés de Inglaterra, ex duque de York, GTRES
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El libro póstumo de una víctima de abusos de Andreu, suicidada, EFE

Sale a la venta el libro 'Nobody'a Girl: A Memoir of Surviving Abuse and Fighting for Justice' (La chica de Nadie, memorias de una superviviente de abusos luchando por la justicia). Son las memorias póstumas de la mujer norteamericana Virginia Giuffre, que acusó al príncipe Andrés de Inglaterra de abusos sexuales y que ha acabado provocando la caída del hermano del rey Carlos III. El rey obligó a su hermano pequeño Andrés a hacer ver que renunciaba al título de Duque de York. Era un pacto entre hermanos porque Andrés no renunciaba a nada, era Carlos quien le quitaba el título, exactamente como hizo el rey Felipe VI con Cristina de Borbón por el caso Noos, que al negarse a renunciar al título de duquesa de Palma su hermano rey se lo quitó a la fuerza. Andrés ha aprendido que el rey le puede quitar el título y ha sido más hábil que Cristina, haciendo ver que renuncia voluntariamente. Falso. Es el rey Carlos quien no soporta la pésima imagen que su hermano asociado a una red de pederastia causa en la Corona. Pilar Eyre le dedica su blog en Lecturas añadiendo la foto que ha hecho caer a Andrés, la pésima imagen que dio en la última misa de Pascua esperando a los invitados con la chaqueta abierta y las piernas abiertas, en uve baja invertida, como un preso esperando en el patio de la prisión:

Andrew open legs, Mirror
Andrew open legs, Mirror
Andrés de Inglaterra con piernas y chaqueta abiertas en la misa de Pascua, EFE
Andrés de Inglaterra con piernas y chaqueta abiertas en la misa de Pascua, EFE

Escribe Eyre: "Andrés no renuncia a sus títulos, simplemente no los utilizará. Y no entona un mea culpa, no se excusa ni pide perdón por su asqueroso comportamiento, por haber utilizado esclavas sexuales a lo largo de décadas y por haber violado a una chica de 17 años. Isabel II, en un acto de nepotismo que mancha su espléndido reinado, tapó la boca de Virginia Giuffre, la víctima menor de edad, con 14 millones de libras. Y así hemos visto a Andrés salir del ostracismo para ir colándose insidiosamente en las ceremonias reales hasta ponerse en primera fila. Eso sucedió en la última misa de Pascua en Windsor. El príncipe, con la chaqueta desabrochada y las piernas abiertas, se mantenía en la puerta de la capilla recibiendo con arrogancia a los invitados, aunque tuvo a bien esfumarse cuando aparecieron Carlos y Camilla. Aun así, en el interior de la iglesia tanto él como su exmujer, Fergie, se sentaron en lugares destacados.". La foto que acaba de matar al repugnante Andrew.

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Andrew en la misa de Pascua, GTRES

Las fotos en las puertas de la iglesia de la misa de Pascua, como Letizia enfrentándose a la reina Sofía como una loca que iba a hundirla. Eyre aclara que la foto es la excusa: "Muchos dirán que fue esa imagen, reproducida por todos los medios mundiales, la que hizo recapacitar a Carlos y le convenció de la necesidad de borrar de una vez la foto de Andrés al lado de la familia. Pero se equivocan. Lo que ha decidido al rey a apartarlo de la vida oficial ha sido la reciente aparición del libro de la víctima de 17 años, suicidada con 41: "Solo tenía 17 años en su primera relación con Andrés, “me despertó la socia de Epstein, y me dijo que ese día yo era como Cenicienta, que iba a conocer a un príncipe. Andrés me dijo muy complacido que sus dos hijas eran tan solo un poco menores que yo… creía que tener sexo conmigo era un derecho de nacimiento”. Repugnante.