El fantasma de Eva Sannum regresa, y lo hace con fuerza. La modelo noruega que hace más de dos décadas ocupó el corazón del entonces príncipe Felipe vuelve a ser noticia tras revelarse un pacto desconocido hasta ahora: Juan Carlos I habría llegado a un acuerdo con ella para que ejerciera como tapadera de su hijo.
La relación entre Sannum y Felipe nunca fue vista con buenos ojos en Zarzuela. Su perfil como modelo publicitaria, demasiado alejado del ideal de princesa que el emérito deseaba para el heredero, generaba incomodidad. El propio Juan Carlos I, según nuevas informaciones, fue quien movió los hilos para apartarla de la vida oficial del príncipe. Pero antes de eso, pactó con ella un papel discreto y calculado: hacer creer al mundo que la pareja seguía adelante, mientras la realidad era muy distinta.
Se cree que Felipe VI llevaba una doble vida
El acuerdo, según publican medios cercanos a la Casa Real, incluía presencia en determinados actos y la construcción de una imagen pública controlada. Todo estaba diseñado para distraer la atención de la verdadera vida privada de Felipe, en un momento en que la presión por encontrarle una esposa adecuada se hacía insoportable. Eva, que en aquel tiempo era joven, bella y mediática, aceptó el juego durante un tiempo.
Hoy, con el paso de los años, ella misma reconoce sentirse aliviada de no haberse convertido en reina. “Estoy muy contenta de no haberme casado con Felipe”, ha declarado en una entrevista reciente. Sus palabras destilan cierta liberación, como si al mirar atrás comprendiera la magnitud de la jaula dorada que le esperaba.
Lo cierto es que Sannum no desapareció por decisión propia. Fue apartada con la frialdad de quien elimina un obstáculo. La orden vino de lo más alto: Juan Carlos quería preservar la imagen de la Corona a toda costa y temía que una reina modelo arrastrara críticas.
Con la perspectiva del tiempo, la jugada muestra hasta qué punto el emérito controlaba la vida de su hijo. Ni siquiera en el terreno sentimental Felipe fue libre. Y ese episodio, borrado de la memoria oficial, regresa ahora como una prueba más de cómo la familia real vivió entre pactos secretos y ficciones cuidadosamente diseñadas.
