El verano ya se huele en el ambiente. El sol calienta y de lo lindo, sobra la ropa y quieres refrescarte. Todos a la playa, vaya. Especialmente si eres joven y has acabado tus compromisos con los estudios o el trabajo. Bueno, no cualquier trabajo, claro. Los que tienen que currar sí o sí de sol a sol, ya sea en una oficina, una fábrica o en un negocio no tienen demasiada libertad, pero si eres deportista de alto nivel la cosa cambia: algunas especialidades y categorías han acabado la temporada. Por ejemplo el Barça 'B' de balonmano, equipo en el que milita el jugador más mediático del Estado: Pablo Urdangarin.
El hijo de Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin está viviendo una temporada que no olvidará fácilmente. Y no sólo por su progresión deportiva, llegando a debutar en el primer equipo de la potentísima sección culé. Sus asuntos más personales, las cosas de familia, han vivido terremotos notables. Su padre pillado en plena infidelidad a su madre, ésta que quiere el divorcio, él haciendo declaraciones a la prensa rosa como portavoz oficioso de sus hermanos, un viaje a Abu Dabi a ver al abuelo huido en el que lo dejaron sin piernas, y la gafada visita de vuelta de Juan Carlos durante un partido en Pontevedra: Pablo perdió y estuvo a punto de vivir una tragedia en directo por el resbalón del emérito en las gradas. Un festival, como para olvidarse.
El 77 del Barça necesita descansar, relajarse y hacer una vida como la de otros jóvenes de su edad. Pasárselo bien, en definitiva, y lucir palmito, por qué no. Físicamente Pablo es el más guapo y atlético de sus primos, a años luz de distancia del resto. El deporte profesional y la genética paterna ayudan. Tiene un cuerpo muy definido, está fuerte, da gusto verle. Tiene admiradoras y admiradores a punta pala, y si algunos de ellos lo vio con los amigos de su cuadrilla sobre la arena de la playa de Castelldefels, entenderán la razón. En caso contrario pueden encontrar un puñado de fotos del joven de 21 años en la revista 'Lecturas'. Traje de baño marinero, sin camiseta, la toalla sobre el hombro, una bolsa de plástico del paqui y una pelotita cutre: esta es la estampa del royal, que también ha sido retratado dentro del agua. Nunca lo habíamos visto así.
Pablo Urdangarin se relaja en la playa tras haber terminado la temporada deportiva. El hijo de la infanta Cristina arranca sus vacaciones al sol y #Lecturas tiene todas las fotografías 👇 #ExclusivaLecturas https://t.co/dpcQW6JAAC pic.twitter.com/R0A8s0TpkU
— Lecturas (@Lecturas) June 1, 2022
Bien, nunca nunca... Para ser exactos, podemos asegurar que nunca la habíamos visto así en su edad adulta, porque mientras era menor de edad los paparazzi lo habían retratado durante vacaciones familiares con Victoria Federica, Froilán y sus hermanos, disfrutando de yates y lujos por el estilo. Un clásico borbónico, sí. Aquellas estampas, sin embargo, no tienen nada que ver con las que encontrarán en el quiosco este miércoles: entonces todavía era un niño y ahora es un hombretón que parece el terror de las nenas. Que vigile, eso sí, con su atractivo. Mira cómo le ha ido a su padre como heartbreaker.
Pablo es un buen partido. Trabaja y es atractivo, ya es mucho más que el resto de sus familiares reales. Lástima que pertenezca a una institución medieval, oscura e inútil. Pero vaya, la familia te toca, no la escoges.