El futuro de Pablo Urdangarin da un nuevo giro. A sus 24 años, el hijo de la infanta Cristina y de Iñaki Urdangarin enfrenta una decisión que podría marcar un antes y un después en su carrera deportiva y en su vida personal.

El jugador del Fraikin BM Granollers vive uno de los mejores momentos de su trayectoria. Sus 117 goles en la última temporada y su reciente convocatoria con la Selección Española de Balonmano han despertado el interés de varios de los clubes más importantes de Europa.

Pablo Urdangarin / TV3
Pablo Urdangarin / TV3

Pablo Urdangarin recibe tentaciones para dejar el Fraikin BM Granollers

Según fuentes del entorno del deportista, equipos de Francia, Alemania y Dinamarca han contactado para trasladar su interés formal en incorporarlo. No hay un contrato firmado, pero las conversaciones existen. Las ofertas prometen mejores condiciones económicas, mayor visibilidad internacional y la oportunidad de competir en las ligas más exigentes del continente.

Salir de Barcelona supondría para Pablo un salto profesional indiscutible. Sin embargo, también implicaría dejar atrás su vida estable en Cataluña y, sobre todo, a Johanna Zott, su pareja desde hace varios años. La joven estudia Medicina en España y ha dejado claro que no contempla mudarse al extranjero.

Este punto se ha convertido en el principal dilema del deportista. Aceptar una oferta internacional podría llevarlo a la élite del balonmano, pero pondría en riesgo una relación sólida y estable. Quedarse en el Granollers significaría mantener su entorno, su pareja y la cercanía con su familia, aunque tal vez a costa de frenar su proyección.

Johanna Zott, Pablo Urdangarin y la infanta Cristina / Gtres
Johanna Zott, Pablo Urdangarin y la infanta Cristina / Gtres

Reforzar su relación con Johanna Zott o potenciar su carrera profesional

Pablo se toma el asunto con calma. Es prudente, reservado y analiza cada detalle antes de tomar decisiones. No se deja llevar por impulsos ni por la fama que lo rodea desde pequeño. Su prioridad, dicen, es crecer deportivamente sin perder el equilibrio personal que tanto le ha costado construir.

El Granollers, por su parte, intenta retenerlo. No le renovaron el contrato por casualidad. El club valora su entrega, disciplina y talento, y le ha transmitido su deseo de contar con él la próxima temporada. Sin embargo, saben que competir con los grandes clubes europeos será complicado. Las cifras y el prestigio de esas ligas son tentaciones difíciles de rechazar.

Por ahora, no hay nada cerrado. Solo una certeza: Pablo Urdangarin está ante el momento más decisivo de su carrera, dividido entre la ambición deportiva y el deseo de mantener su vida personal intacta.