Leonor continúa inmersa en la formación militar con el buque escuela Juan Sebastián Elcano. La princesa ha superado ya más de la mitad de la travesía, la parte más dura de todas. Ha recorrido un total de cuatro países, le faltan otros cuatro más para volver a España el próximo 14 de julio. Este fin de semana el barco atracará en Panamá.
Los primeros meses de la princesa han sido especialmente complicado a bordo del buque escuela, ya que ella no recibió la misma preparación que sus compañeros. Mientras que ella recibió tan solo tres meses de instrucción, el resto lleva tres años para subirse a la embarcación. Por este motivo, la joven sufrió algunos mareos y vómitos los primeros días, unos síntomas muy normales para las personas que no están acostumbradas a navegar con estas condiciones. Tuvo que confinarse en su camarote y ausentarse de algunas clases. También ha sufrido alguna que otra caída al realizar la guardia en cubierta.
Letizia no quiere que su hija mantenga una relación con un guardiamarina
Felipe VI y Letizia no querían que se hiciese ninguna diferenciación con su hija. Por este motivo ha realizado las mismas clases que sus compañeros, y con las mismas condiciones. A pesar de ser la princesa, futura reina de España, está perfectamente integrada entre los guardiamarinas. Se le ha visto ir con ellos a la playa, las primeras fotografías de la hermana de Sofía en bikini, y también ha mostrado una gran complicidad con uno de los jóvenes.
Sin embargo, los guardiamarinas no tienen una gran relación con Letizia. Poco a poco van conociendo más a la madre de la princesa por sus exigencias y les cae bastante mal. Ven que es una mujer muy controladora y calculadora, y bastante fría y distante. Quiere saber todos los pasos de su hija y prohíbe a algunos de sus compañeros acercarse a ella. Cuando se confirmó que podía mantener una relación con uno de los jóvenes montó en cólera.
Ella cree que un guardiamarina no sería una pareja idónea para su hija, tiene que pensar que sería el futuro rey de España. Para ella son jóvenes sin formación, que se dedican al ejército porque no dan para nada más. Sin embargo, el nuevo amigo de su hija es un joven de 20 años de una familia acomodada de Madrid que obtuvo la mejor nota de selectividad de la Comunidad de Madrid en su año. Además, para entrar al ejército no solo hay que pasar unas pruebas muy duras, sino que hay que tener una nota de corte muy elevada, de las mejores.
