Quizás los palmeros habituales dirán que la reina Letizia se preocupa mucho de los gastos, que no le gusta gastar por gastar y que siente empatía por los más necesitados. Pero después la realidad nos demuestra que cuando toca, hace de reina. Es decir, cuando tiene un capricho, se lo compra. Total, no le cuesta un duro, ya se lo pagamos los ciudadanos sin tener derecho a negarnos. Los Borbones nunca han sido de taparse un poco o de reducir gastos, solo hace falta ver la enorme millonada que cuesta mantener a la familia real a lo largo del año, sufragar el retiro dorado de Juan Carlos en Abu Dhabi o pagarle las fiestas en antros ilegales al esperpento de Froilán. Y Letizia, por mucho que vaya de íntegra y quiera desmarcarse de su familia política, hace exactamente lo mismo que los Borbones: gastar y no mirar la pela.
Letizia ha aterrizado en Angola en viaje oficial acompañando a su marido, el rey Felipe. Así llegaban al Aeropuerto Internacional Quatro de Fevereiro de Luanda. Y allí, la prensa especializada se ha dado cuenta de un curioso detalle que tiene que ver con su outfit. Vistiendo un dos piezas de color rosa, enseguida lo que llamó la atención al aterrizar en el país africano fue lo que llevaba en las manos. La revista Lecturas se ha fijado en un objeto que viene a corroborar lo que hace tiempo que se sabe, que "cuando algo le gusta a la reina Letizia se multiplica en su vestuario por 1000". El último ejemplo lo tenemos en un carísimo y exclusivo bolso de Carolina Herrera, modelo Initials Insignia, "elaborado a mano por los artesanos de nuestros talleres en España, lo que le confiere un carácter único", según la misma firma, y que por eso tiene un precio no al alcance de cualquier bolsillo de 920 euros. Un diseño "en color rosa empolvado elaborado en piel Baobab, y presenta el brazalete del 35 aniversario de la Casa Herrera transformado en un distintivo cierre esmaltado".
Lo más lamentable es que este exclusivo bolso de Letizia ya lo tiene. De hecho, lo tiene en tres colores diferentes. No uno, ni dos... hasta tres. Una ostentación que se podría haber ahorrado. Pero claro está, Letizia es mucha Letizia y tiene que tener los caprichos por triplicado, para que combinen con el resto de su armario. Resulta que la reina ya tiene este modelo en color fucsia y en color blanco. El primero, estrenado hace cuatro años durante su visita a Cuba, recuperado en una última visita a Santiago de Compostela hace dos años. El segundo lo hemos visto en numerosas ocasiones, según recuerda la mencionada publicación, la primera de ellas el año 2018 durante el 210 aniversario de la Batalla de Bailén en Jaén. ¿Qué rasgos característicos tienen los caprichos con los que la reina se obsesiona?: "se trata de piezas muy concretas, generalmente de inspiración minimal con un toque elegante y sofisticado capaz de elevar cualquier look a los altares, y que por mucho que pase el tiempo nunca pasan de moda". O lo que es lo mismo, cosas que no tenga mucha gente y que valen una pasta.
No es el único objeto que Letizia tiene por triplicado. De hecho, hay uno que todavía lo supera, unos zapatos que tiene hasta seis veces, en seis colores diferentes. "De Magrit o Carolina Herrera podemos contar hasta 6 pares diferentes: negro, rojo, azul marino, rosa, nude y camel"... Para que después nos vendan la moto con que la asturiana es una reina austera y sin excesos.