Lady Di será siempre uno de los personajes más icónicos de la monarquía británica. Su paso por la Casa Windsor desafió el rígido abolengo británico a un nivel que todavía no se precisa. A pesar de que se ha hablado de diversos temas en todos estos años, todavía hay aventuras desconocidas. Como la vez que renunció a su papel en la corona para transformarse en un hombre que se mezclaba con las multitudes. ¿De qué se trata?
Para finales de los años 80, era bien conocido el problema de Lady Di con el entonces príncipe Carlos. Por lo que, en esos años, empezaba a tener mayor libertad para cultivar una agenda social más intensa y sin la intervención de la monarquía. De acuerdo con Edward White en su obra Dianaworld: An Obsession, pone en contexto a sus lectores sobre una noche en la que la royal estaba acompañada de Kenny Everest y Freddie Mercury. Viendo un show popular en esa época, surgió la idea de ir a uno de los bares gays más memorables: Royal Vauxhall Tavern.

La madre del príncipe Guillermo quería ir, pero sus compañeros tenían reservas al respecto. ¿Qué podría hacer la princesa en un entorno como ese? Pero ella insistió y decidieron que lo mejor sería ir con un disfraz. Se vistió con una chaqueta del tipo militar, una gorra de cuero, gafas de sol y adquirió una personalidad relajada. Así fue como la joven decidió dejar la corona para vivir una intensa experiencia en un bar gay. Nadie supo que era ella. El grupo entró a la taberna, pidieron unas copas y luego se marcharon. Y esta no sería la única vez que Diana haría algo sorprendente.
Un evento en el que Lady Di no pasó desapercibida y quedó marcado en la historia
Un episodio en el que Diana de Gales y Freddie Mercury coincidieron públicamente fue en el histórico concierto benéfico Live Aid de 1985, donde dio inicio al evento con el actual monarca. Sería, justamente, cuando la banda Queen protagonizó el evento con una de las presentaciones más impresionantes de toda su carrera. Un día en el que, además, la royal destacó.

Hasta ese día, la figura de la princesa era vista como la esposa del futuro heredero a la corona británica. Su rol era institucional, regido por las reglas dictadas. No obstante, su presencia en dicho recital lo cambió todo. Porque no solo era una invitada más, sino que también se esforzó por contribuir con la causa humanitaria. Interactuó con los artistas, se mostró simpática, accesible y lejos de las costumbres de la realeza.
Hay que entender que desde el palacio mantenían una imagen formal y distante, por lo que la actitud cercana de Ladi Di en un evento que cambió la historia del rock fue un paso audaz y que rompió esquemas. No era común que los miembros de la realeza estuvieran en conciertos ni en ambientes similares. Entonces, se alzó como una representante de la monarquía moderna y comprometida con los temas sociales.