Carlos III es el actual rey británico, aunque le costó hacerse con la corona porque su madre, la reina Isabel II, quería morir con las botas puestas. Él podría hacer lo mismo porque a día de hoy está muy cómodo en el cargo, y es que cualquier tradición británica la convierte en un negocio tan lucrativo como sofisticado. La Casa Real británica vende un sinfín de artículos sobre ellos, como un juego de té o la reina Isabel II bailarina, pero estas navidades aparece, como todos los años, una colección navideña para que los británicos puedan decorar su árbol de Navidad o alguna estancia de la casa con un toque muy monárquico.

Carlos III
Carlos III

Los nuevos ornamentos, disponibles tanto en las tiendas oficiales de Buckingham, Windsor y Kensington como en sus plataformas digitales, han sido bien recibidos por los británicos por su espectacularidad y precios. No son unas simples bolas o figuras para el árbol, el catálogo navideño tiene grandes tesoros navideños como por ejemplo miniaturas elaboradas con terciopelo, hilo de oro, cristal y porcelana, con detalles bordados a mano y una estética que oscila entre los solemne y lo teatral.

Todo lo que Carlos III vende en las tiendas oficiales de la Casa Real británica para estas navidades 

Uno de los objetos más vendidos es la réplica del Palacio de Buckingham en terciopelo blanco cubierta de purpurina. Se vende por 45 euros, un precio elevado para muchos británicos, aunque hay  algunos compradores que lo están viendo como una pieza exclusiva que ya se revende en plataformas como Wallapop a un precio más elevado.

También destaca una carroza real con su toque navideño, un carruaje confeccionado con lentejuelas doradas y remates metalizados por 32 euros. Para los que aún quieran tener un detalle de Navidad mucho más preciado, hay una bola conmemorativa de Carlos III en la coronación de 2023 fabricada en porcelana de alta gama y decorada con motivos dorados por un precio de casi 100 euros.

Y hay mucho más. Incluye una corona en miniatura inspirada en las joyas de la realeza, el trono rojo y dorado de Westminster recreado con precisión, figuras de los guardias de Buckingham con sus característicos gorros de piel, y pequeñas representaciones del Castillo de Windsor. Según el personal de la tienda, los perros Corgi de Isabel II convertidos en entrañables adornos navideños son los que mejor se venden, se agotan en horas.

The Sun lo resumía con ironía: “No todos los súbditos podrán permitirse decorar su árbol con estos adornos”. Todo el que pasa por la tienda se queda embobado con estos artículos navideños y más de uno cae en la tentación de llevárselos para casa porque son piezas exclusivas de esta época del año. Una vez que acaba la Navidad los retiran de las tiendas.

También hay bolsos tote con estampados invernales, galletas y chocolates en latas decoradas, manteles individuales para el té, tazas, infusiones, vasos serigrafiados e incluso imanes de nevera.

Carlos III sabe como hacerse de oro con el merchandising. Si hasta su finca de Highgrove comercializa miel, mermeladas, vinos, jabones y velas producidas de forma artesanal. Este año han puesto a la venta una cesta con todos sus productos por 400 euros

navidad londres
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