De excepcional se puede calificar la temporada que ha hecho el Club BM. Granollers de balonmano. El conjunto del Vallès ha practicado un juego sensacional, que ha dado como resultado sus frutos. Merecidísima segunda posición en la Liga Asobal, que es para estar satisfechos, solo superados por el todopoderoso y parece que invencible FC Barcelona. La temporada de balonmano se ha acabado, y con respecto al Granollers, la despedida a la Liga la pusieron este domingo con una victoria contra el Impulse Guadalajara en el Palau d'Esports de Granollers. Una victoria incontestable que significó el colofón a una temporada como para estar satisfechos. Y una relación de amor entre el Borbón y su club y aficionados que continuará como mínimo una temporada más, ya que acaba de renovar hasta el 2026.

Después del final del partido, euforia y felicitaciones por parte de los jugadores y de los aficionados que saltaron a la pista a saludar a los jugadores del equipo. Entre ellos, Pablo Urdangarin. El segundo de los hijos de la infanta Cristina y de Iñaki Urdangarin puso el punto y final a la temporada consiguiendo 7 goles, otro excelente partido, siguiendo los pasos del talento que tenía su padre, en su caso, con la camiseta del Barça. Pablo Urdangarin está muy orgulloso de la temporada que ha hecho con sus compañeros de vestuario, con los cuales participó en el homenaje al capitán del equipo, Antonio García Robledo, que se retira como el máximo goleador del club en la Asobal con 1234 goles. Pablo, junto con el resto de compañeros, se pusieron la camiseta con el dorsal 99 a la espalda y lo mantearon al acabar el partido. El joven Borbón estaba feliz y se prestaba orgulloso a hacerse fotos con todos los aficionados, muchos de ellos, jóvenes seguidores del Granollers, bajo la mirada atenta de su pareja, una Johanna Zott que sonreía orgullosa.

DL u584174 025
Pablo Urdangarin, feliz con sus compañeros del Granollers GTRES
DL u584174 016
Pablo Urdangarin, feliz con Johanna Zott y los aficionados del Granollers GTRES

Y es que su chica fue la única del entorno íntimo de Urdangarin que fue hasta el Palau d'Esports de Granollers. El resto, la familia, pasaron olímpicamente de él, y eso que la cita era muy especial, tratándose del último partido de la temporada. Pero eso no fue motivo suficiente para que ni su madre, la infanta Cristina, ni su padre, Iñaki Urdangarin, ni sus hermanos, Juan, Miguel e Irene, se decidieran a ir hasta el pabellón y dar apoyo a su hijo o hermano. No fue ni el Tato. Nada de nada. Ausencia total de Borbones y Urdangarines en las gradas, un gesto feo, tratándose de la despedida de la temporada. Suerte por él, debería pensar Pablo Urdangarin, que su fan incondicional número 1, Zott, no falló y allí estaba como cada partido.