Pablo Urdangarin, hijo de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, está escribiendo su propia historia en el mundo del balonmano. Siguiendo los pasos de su padre, ha destacado con su fichaje por el Granollers, un equipo con el que está vinculado tras su paso por el FC Barcelona. Este joven deportista promete convertirse en una de las estrellas de las próximas temporadas.

El fichaje de Pablo por el Granollers se produjo el pasado verano, y al elegir su dorsal, no dudó en enviar un claro mensaje a sus tíos, Felipe VI y Letizia. Optó por el número 77, una elección que no deja lugar a dudas sobre su posición en el conflicto familiar y su apoyo inquebrantable a su padre, Iñaki Urdangarin.

Pablo Urdangarin
Pablo Urdangarin
Pablo, al igual que su padre, ha encontrado su lugar en el mundo del balonmano. Y con su elección del dorsal 77, rinde homenaje a Iñaki, quien llevaba el 7 durante su etapa en el FC Barcelona. Además, lleva con orgullo el apellido 'Urdangarin' en su uniforme, mostrando su lealtad hacia su familia y su firme apoyo a su padre en los momentos difíciles.

La elección del dorsal y el nombre de Pablo Urdangarin en su camiseta con el Granollers no es casualidad

Para Pablo, el apellido Urdangarin es mucho más que un nombre; es un legado que ha llevado desde su infancia. A pesar de las circunstancias difíciles y las controversias que rodean a su familia, Pablo no reniega de su apellido y lo lleva con dignidad y orgullo, aceptando el legado que le ha sido dado.

Iñaki Urdangarin beso Pablo GTRES
Iñaki Urdangarin beso Pablo GTRES

Además, la elección de Pablo de identificarse con el apellido de su padre y llevar el número 77 en su camiseta es un claro mensaje a sus tíos, Felipe VI y Letizia. No teme expresar su lealtad hacia su padre y su desaprobación por el trato que recibieron sus padres en el pasado. Su firmeza y determinación demuestran que ha tomado partido en el conflicto familiar y está decidido a respaldar a su padre en cada paso del camino.

En una entrevista con El País, Pablo compartió cómo el caso Nóos afectó a su familia y su carrera deportiva. Tras mudarse a Estados Unidos y luego a Ginebra, finalmente regresó a Barcelona y retomó su pasión por el balonmano con más determinación que nunca.