No es que sea ningún secreto que la relación entre la Reina Letizia y la inmensa mayoría de su familia política no es que sea precisamente buena. Es más, hace ya muchos años que la hoy reina decidió poner punto final a una serie de relaciones que evidentemente en público eran más que buenas por el bien de la corona pero que en privado eran de todo menos agradables.
Uno de los grandes enemigos que ha tenido siempre Letizia dentro de la familia real española ha sido su cuñada, la infanta Cristina, una mujer que desde que se enteró hace ya muchos años que su hermano estaba empezando una relación con la entonces joven periodista española, le dejó muy claro a Felipe que lo mejor que podía hacer era alejarse de Letizia, a la que consideraba peligrosa y no precisamente apta para su futuro rol en la institución.
Como no podía ser de otra forma viendo todo el lío en el que se metieron tanto la infanta Cristina como su ya ex marido Iñaki Urdangarin hace apenas unos años, Letizia fue la que más apostó por apartar de forma definitiva a sus cuñados de la institución, algo que evidentemente Cristina no ha olvidado. Tampoco sus hijos, que no es que tengan a la actual reina precisamente como una de sus tías favoritas.
Letizia intenta mover ficha contra su sobrino
Si bien es cierto que tanto Felipe como Letizia saben muy bien que los hijos de la infanta Cristina y de Iñaki Urdangarin no tienen precisamente mucha culpa del daño que hizo su padre a la institución hace ya muchos años, quieren seguir dejando muy claro que su rol a nivel familiar ha cambiado.

Es por eso que, por mucho que ahora se haya permitido a Miguel Urdangarin instalarse durante una semanas en el palacio de la Zarzuela, el palacio donde vive la Reina Sofía y su hermana Irene de Grecia, los Reyes, que viven en el conocido como Pabellón del Príncipe a menos de 1 km de la Zarzuela, ya han dejado muy claro la infanta Cristina que, una vez acabe el verano, su hijo debería abandonar esta residencia.
Entre otras cosas porque parece ser que, si bien es cierto que Miguel no es que sea precisamente y tan polémico en este caso como lo es su primo Froilán, parece ser que aprovechando que en la Zarzuela no están ni su abuela ni sus tíos, el hijo de la infanta ha optado tomarse ciertas libertades en cuanto a los códigos de conductas que han llegado a oídos de los Reyes.