Nuevo escándalo en la familia real británica. Lo que parecía un rumor sin importancia se ha convertido en una auténtica bomba mediática. Meghan Markle ha vuelto a hablar, y esta vez no ha dejado títere con cabeza. Según la duquesa de Sussex, tanto el rey Carlos III como la difunta Isabel II sabían perfectamente lo que hacía el príncipe Andrés, y aun así, lo consintieron. No solo lo sabían, sino que lo protegieron durante años para evitar un escándalo que, finalmente, ha terminado explotando.

La semana pasada, el Palacio de Buckingham se vio obligado a anunciar oficialmente la retirada de los títulos y honores de Andrés. Ya no podrá usar el título de “príncipe”, ni representar a la Casa Real en ningún acto público. La decisión fue de Carlos III, pero no por gusto. Dicen que el monarca actuó por pura presión: tanto la opinión pública como algunas figuras de peso dentro de la familia, especialmente Kate Middleton y Camilla Parker Bowles, insistieron en que no quedaba otra opción. Andrés era una bomba de relojería y su sombra manchaba a toda la institución.

Meghan Markle
Meghan Markle

Carlos nunca habría tomado una medida tan dura si no fuera por obligación. Siempre ha sido muy protector con su hermano, aunque sabe perfectamente que su comportamiento con chicas menores y su relación con Jeffrey Epstein han dañado gravemente la imagen de la corona. Lo curioso es que, según fuentes cercanas a Meghan, Isabel II también estaba al corriente de todo. Pero era su hijo favorito, y nunca se atrevió a destrozarle la vida. Prefirió mirar hacia otro lado, algo que ahora le pasa factura a toda la monarquía británica.

Meghan Markle filtra rumores para dañar la corona 

Meghan, desde su retiro en California con Harry y sus dos hijos, ha vuelto a poner el foco donde más duele. Su testimonio reabre viejas heridas y deja en evidencia que dentro del palacio había un silencio cómplice. Y si lo que dice es cierto, tanto Carlos como Isabel sabían lo suficiente como para haber actuado mucho antes. Pero no lo hicieron.

El castigo llega tarde y más por imagen que por justicia. En Reino Unido muchos se preguntan qué más se ha encubierto durante todos estos años. El problema ya no es solo Andrés, sino la institución en sí: un sistema que calla, protege y disimula para no perder su poder. Y mientras tanto, Meghan sigue hablando. No tiene miedo, ni nada que perder. Su nueva declaración puede ser el golpe definitivo a una monarquía que ya hace tiempo que perdió su brillo.

Meghan Markle
Meghan Markle