Marivent ha sido siempre el lugar de veraneo de Juan Carlos I y la reina Sofía. Allí han crecido Elena, Cristina y Felipe VI. Los tres tienen grandes recuerdos de Palma de Mallorca, también sus hijos, a excepción de Leonor y Sofía. El gobierno balear cedió en su día los terrenos del palacio a la Casa Real en calidad de usufructo. Pueden disfrutar de ellos siempre y cuando residan en el palacio un número determinado de días y promocionen el turismo en la isla balear a nivel nacional e internacional, es el acuerdo al que se llegó en su día, pero ahora Felipe VI y Letizia lo están incumpliendo. Los actuales monarcas solo viajan a la isla balear por obligación, para cumplir con su agenda institucional. El rey recibe a las autoridades, participa en la Copa del Rey de Vela y la reina preside la clausura del festival de cine. Al siguiente día preparan una cena de gala con todas las autoridades de la isla y se despiden hasta el próximo año de Marivent, ni tan siquiera una semana en la isla.
Antes se pasaba por alto porque por lo menos la reina Sofía e Irene de Grecia se quedaban todo el verano en Palma de Mallorca, pero ahora debido a la avanzada edad de ambas y a sus problemas de salud, Felipe VI no ha querido que su madre viaje sola a Marivent y la tía Pecu se ha quedado en Zarzuela.
Esto supone un increíble gasto para el gobierno balear, además de no poderle sacar provecho. El gobierno quiere recuperarla para ponerla a disposición del servicio público y poder visitar su interior como un bien de interés cultural. Esperan al fallecimiento de la reina Sofía para reclamar el palacio a la Casa Real. Son conscientes que cuando la emérita fallezca, los reyes no viajarán a Palma de Mallorca, romperán con una de las tradiciones más arraigadas en los Borbón.
Marivent arruina a los baleares por la familia real
La residencia de los monarcas tienen un precio muy alto para los baleares. Aunque ellos no vivan en Marivent en todo el año, hay un total de 250 empleados a su servicio para que todo esté correcto. Trabajan los 365 días del año. El año pasado tuvo un coste de 30.000 euros de media mensual en concepto de limpieza y abastecimiento de agua.
Otros dispendios fueron por la siembra en tres veces de once mil "flores de temporada" (16.615 euros); el arreglo y barnizado de muebles (2.299 euros); la puesta a punto de las piscinas (más de 45.000 euros) o el corte de césped (más de 8.300 euros en una sola factura).
El gobierno balear se encarga de sufragar los gastos de mantenimiento y conservación del recinto de Marivent. Para el próximo año, la partida de los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma asciende a 1,54 millones de euros, una cifra similar a la de los últimos años.
