La princesa Leonor ha iniciado la fase final de su formación en la Armada Española a bordo de la fragata Blas de Lezo. Una etapa que, en teoría, debía ser la más exigente y disciplinada de su paso por los tres ejércitos. Tras completar su primer año en la Academia General Militar de Zaragoza, y un segundo dividido entre la Escuela Naval de Marín y el Juan Sebastián Elcano, este nuevo destino representa su primer contacto con una misión real en alta mar.

Durante 19 días, la heredera participará en las maniobras del Grupo Dédalo, un despliegue naval en el mar Mediterráneo cuyo objetivo se centra en la seguridad. Las condiciones en el Blas de Lezo son duras, con trabajo constante que exige disciplina. O al menos, eso es lo que se esperaba. Sin embargo, los testimonios de varios marineros y guardiamarinas que comparten buque con Leonor apuntan a una realidad distinta.

La princesa Elionor a la fragata Blas de Lezo / Casa Reial
Leonor en la fragata Blas de Lezo / Casa Real

Leonor disfruta de algunos privilegios en el Blas de Lezo

Según han contado algunos de ellos a sus familias, la princesa continúa sufriendo mareos constantes debido a la cinetosis. Un problema habitual en quienes no están acostumbrados al mar. Esta condición ya le afectó durante su travesía en el Elcano, donde su papel fue más simbólico que operativo. “En muchas ocasiones solo aparecía para las fotos”, afirman compañeros de la joven.

En el Blas de Lezo, la historia parece repetirse. Si bien desde Zarzuela se insistió desde el principio en que la futura Jefa del Estado debía formarse “como una más”, algunos marineros aseguran que los privilegios son evidentes. Leonor ha evitado las tareas más exigentes del día a día. Y tampoco ha mostrado mucho interés en integrarse en las dinámicas de trabajo de la fragata.

Leonor sube al Blas de Lezo
Leonor sube al Blas de Lezo

De travesía hasta el 3 de julio

Además, tiene acceso a comunicación satelital diaria con sus padres, algo impensable para cualquier otro alumno en prácticas. Tampoco realiza guardias nocturnas, una obligación para el resto de sus compañeros. Y cuenta con una dieta personalizada preparada por los cocineros del barco, ya que hay varios alimentos que “no le gustan”. Siempre ha sido muy especial para comer.

Esta travesía durará hasta el próximo 3 de julio, cuando la princesa desembarcará en Gijón. Allí volverá a subir al Juan Sebastián Elcano. Este hará escala en Ferrol y culminará en Marín, donde Leonor cerrará su paso por la Armada Española. A partir de ahí, le espera su tercer y último año de formación militar en el Ejército del Aire, lo que completará su preparación como futura Jefa Suprema de las Fuerzas Armadas.