Durante unos cuantos años, un personaje peculiar convivió con los Borbones. Incluso, pasó a formar parte de su familia después de haberse casado ni más ni menos que con la hija mayor de los reyes eméritos. Jaime de Marichalar y la infanta Elena formaron un matrimonio que no fue precisamente de película. Después de dos hijos, Froilán y Victoria Federica, han partido peras y ya hace tiempo que cada uno va por la suya. Todavía, sin embargo, queda una posesión, una vivienda, que contiene algunos recuerdos de ellos juntos cuando eran pareja y vivían con sus hijos pequeños. El piso donde vivieron al final de la relación, durante un par de años, más o menos.

Alumbra Elena y Jaime de Marichalar / GTRES
Infanta Elena y Jaime de Marichalar / GTRES

Desde que se separaron Marichalar y la hermana de Felipe, el ex duque de Lugo mantiene un perfil bajo y se limita a aparecer muy fugazmente al lado de su hija cuando coinciden juntos en algún desfile de moda o en algún acto público relacionado con su condición de asesor de firmas de lujo, como los premios Poesía Loewe. Mantiene y le gusta mantener una vida discreta en la capital española, no suele ir a saraos sociales, tampoco a fiestas y difícilmente lo veremos en un photocall, de los que huye como un vampiro de los rayos de sol. Le gusta pasar tan desapercibido como sea posible tanto por la prensa como por la gente que lo reconoce por las calles, y tal como dicen en Vanitatis, "mantiene un trato distante y a veces hasta desproporcionado". Más o menos lo que le pasa también a su hija Victoria Federica y a su hijo Froilán, ariscos y huraños con todo el mundo que lleve un micrófono.

Jaime de Marichalar / GTRES
Jaime de Marichalar / GTRES

Un Marichalar que pasa pocos momentos en Madrid, la vida social la tiene más bien en París, Italia o Nueva York. Pero cuando se encuentra en Madrid, ¿dónde va?, ¿dónde vive? En el piso que tiene en el barrio de Salamanca. Qué digo piso, el pisazo de 500 metros cuadrados, un tríplex espectacular, con piscina individual y que fue la vivienda familiar que compartió con Elena y sus hijos. Un piso de tres plantas incluyendo un ático, diferentes plazas de garaje, ascensor directo, pocos vecinos y que a pesar de ser un lujo, un sitio espectacular, pero que para el ex de la infanta es como una piedra en el zapato. Lo quiere vender y ya está harto de no poder hacerlo. Lo compró Marichalar exclusivamente, solo, gracias a una herencia de una tía suya."Por lo tanto, cuando llegó el divorcio la infanta Elena no lo reivindicó. Hubiera sido una torpeza y muy feo por su parte. Lo único que se llevó fueron muebles y recuerdos de familia que aportó al matrimonio". 

Jaime Marichalar e infanta Elena GTRES Europa Press
Jaime Marichalar y la infanta Elena GTRES Europa Press

Marichalar quiere perder de vista el piso, porque es muy grande, porque solo utiliza una parte de la casa y porque ya no hace tantas cenas como hacía antes, ahora mantiene una vida más bien solitaria. Y si tenemos en cuenta que Victoria Federica vive con su madre y que Froilán, las pocas veces que se encuentra en Madrid, va a casa de un amigo, hacen que al ex duque de Lugo se le haya puesto entre ceja y ceja vender la vivienda:  “Lo que pasa es que el precio que comentaba en privado era demasiado alto. Más de diez millones de euros. Los únicos que lo pueden comprar son familias venezolanas, mexicanas o colombianas que una vez que controlan el barrio de los Jerónimos están adquiriendo propiedades en este barrio. El tener acceso directo por el garaje es un atractivo. Esta gente está acostumbrada a esa seguridad”. Ya lo sabe Marichalar: o rebaja expectativas o se lo tendrá que comer con patatas.