La princesa Leonor vive la recta final de su formación militar. A bordo del Juan Sebastián Elcano, completa su etapa en la Armada. Son los últimos días de una experiencia intensa, exigente y mediática. Pero no todo ha sido disciplina. Ni estrictamente militar. Durante su primera travesía en el Elcano, Leonor fue vista acompañada por un joven. Un guardamarina madrileño, de 20 años, con quien compartió más que instrucción.
Se les vio juntos en Brasil, de fiesta. También en las playas de Uruguay, paseando mientras la heredera vestía un bikini que dio mucho que hablar. Se trata de un estudiante brillante, con la mejor nota de Selectividad en su promoción. Procede de una de las familias más ricas de Madrid. De cuna acomodada, conexiones poderosas y formación elitista. Lo conoció en Marín, al inicio del curso en la Escuela Naval. Poco después se les vio juntos en un pub de Pontevedra, viendo un partido y tomando algo.

Leonor se reencuentra con su ligue en el Juan Sebastián Elcano
Desde entonces, su cercanía fue evidente. En el barco, siempre juntos. En las escalas, también. Paseos, comidas, escapadas... Pero, según fuentes internas, la relación habría quedado ahora en algo meramente profesional. Un distanciamiento que habría sido provocado por la propia Leonor. Y es que el joven no tiene muy buena fama.
A pesar de su currículo académico y su entorno familiar, el joven no goza de buena reputación en Madrid. Varias voces lo describen como alguien ambicioso, interesado en vínculos sociales estratégicos. Ha sido visto frecuentemente intentando relacionarse con personas de alto perfil, especialmente mujeres de familias influyentes.

Mala fama en Madrid
Los rumores no se hicieron esperar. ¿Está realmente interesado en Leonor o solo en lo que ella representa? En círculos aristocráticos y académicos de Madrid, muchos creen lo segundo. Dicen que su historial amoroso está lleno de relaciones interesadas, que siempre ha buscado estar cerca del poder.
En el Juan Sebastián Elcano, tampoco ha logrado gran simpatía. Algunos compañeros lo tildan de poco auténtico, demasiado pendiente de su imagen. Otros aseguran que desde el primer día trató de acercarse a Leonor, buscando ser visto, fotografiado, comentado. Un movimiento calculado, según quienes le conocen.