El verano de la familia real española está marcado por la distancia. Mientras Felipe VI disfruta de la tranquilidad en el Peloponeso, Letizia ha decidido tomar un camino diferente. La reina no se limitó a seguir la agenda oficial; prefirió un viaje privado, acompañada únicamente por su círculo más cercano.

Las imágenes de complicidad con su marido son cada vez más raras. Fuentes cercanas aseguran que la relación ha derivado en una rutina más protocolaria que emocional. No comparten planes diarios ni instantes privados; su vida se ha convertido en una serie de compromisos públicos que apenas reflejan afecto.

Felipe VI y Letizia
Felipe VI y Letizia

Letizia y Felipe VI, cada uno por su lado

En Mallorca, esta separación se hizo evidente. Felipe llegó a la isla el 26 de julio, mientras que Letizia hizo su aparición el 31. Durante su breve estancia, se dejó ver junto a Leonor y Sofía en los cines Rívoli, disfrutando de un documental del Atlàntida Film Fest. La coincidencia entre ambos fue mínima y temporal: visitas y recepciones sin momentos compartidos verdaderamente íntimos.

Tras Grecia, Letizia optó por un itinerario propio. Se embarcó en un yate de lujo valorado en 8 millones de euros, donde pasó días de relax junto a su círculo íntimo. Según rumores, entre los acompañantes habría un personaje de las altas esferas, vinculado sentimentalmente con la reina. Mientras tanto, Felipe permaneció en la villa de Guillermo y Máxima de Holanda, un refugio privado de 4.000 m² con acceso directo al mar Egeo.

Mansión griega de la familia real holandesa
Mansión griega de la familia real holandesa

Letizia cambia el yate por la tierra firme

El viaje marítimo de Letizia concluyó, pero sus vacaciones continuaron. Según fuentes confiables, su destino final fue otro lugar exclusivo, donde pudo mantener la discreción y disfrutar de compañía selecta. La reina, siempre bajo el radar mediático, mantiene su agenda de ocio con cuidado y privacidad.

Por su parte, Felipe se ha centrado en descansar en un entorno seguro y controlado, con máxima privacidad y comodidad. La villa ofrece tres casas independientes y todas las facilidades para desconectar. Un refugio perfecto para Felipe que abandonó este domingo para viajar a Madrid. El monarca acortó sus vacaciones para estar con su madre y estar cerca de las autoridades ante los incendios masivos que asolan España.