Jaime del Burgo reapareció en la vida de la reina Letizia como un vendaval inesperado. La consorte ha visto como salían a la luz secretos sobre sus encuentros con el abogado. Sean verdad o mentira, el relato quedará, lo que supone un duro golpe a la reputación de la ex de Televisión Española.

Algunos de estos secretos aparecen en el libro de Jaime Peñafiel ‘Letizia y yo’. El periodista mantuvo conversaciones reveladoras con Del Burgo para recabar información. Sin embargo, Peñafiel decidió no hacer públicos muchos de los detalles íntimos que le proporcionó Del Burgo. Consideró que era el letrado quien debía explicarlos. Así las cosas, Del Burgo está decidido a plasmar toda su verdad en su próximo libro.

Jaime del Burgo y la reina Letizia se veían en distintas ciudades, o en Zarzuela cuando Felipe VI no estaba

Entre los planes para reunirse en secreto, Letizia y Jaime utilizaban diferentes artimañas, como alquilar apartamentos en Madrid, Barcelona, Suiza, Londres e incluso organizar viajes internacionales. Incluso contaba con una habitación en Zarzuela, donde se quedaba a dormir aprovechando las ausencias de Felipe en eventos institucionales.

Letizia Ortiz y Jaime del Burgo, amantes en NYC, 2011, TV3
Letizia Ortiz y Jaime del Burgo, amantes en NYC, 2011, TV3

Según revela Pilar Eyre, Jaime del Burgo diseñó un plan meticuloso con Telma Ortiz para mantener sus encuentros en secreto. Su relación con la hermana de Letizia no era amorosa, sino que ambos colaboraban para evitar levantar sospechas y asegurar la privacidad de sus reuniones.

Paloma Rocasolano, aliada de Letizia en sus viajes a Suiza

La situación de Letizia era complicada, ya que su posición como reina no le permitía moverse con libertad. Debía sortear a su personal de seguridad constantemente. Para ello, contaba con la ayuda de su madre, Paloma Rocasolano, quien participaba en algunos de los arreglos logísticos necesarios.

Jaime del  Burgo Letizia Ortiz Roma GTRES
Jaime del Burgo Letizia Ortiz Roma GTRES

Los encuentros clandestinos entre Letizia y Jaime tenían lugar en distintas ciudades, aprovechando compromisos institucionales o viajes internacionales. En el caso de los viajes a Suiza, Letizia alquilaba un coche a nombre de su madre, quien proporcionaba sus datos para evitar dejar rastro.

El uso del coche de alquiler a nombre de su madre permitía a Letizia desplazarse sin llamar la atención, evitando que su nombre quedara plasmado en algún registro público. Esta estrategia contribuía a desviar la atención sobre sus movimientos y preservar la confidencialidad de sus encuentros.