A lo largo de los años, Letizia ha sabido ganarse un lugar en la opinión pública española, en parte gracias a su compromiso con la Corona y su esfuerzo por modernizar la imagen de la monarquía. Desde la salida de Juan Carlos I y los numerosos rumores que salieron a la luz, la reina ha trabajado para consolidar su papel, vislumbrando críticas y apoyos por igual. Sin embargo, no se puede negar que es una mujer que ha sabido conseguir sus objetivos con determinación. Algunos la retratan como fría, ambiciosa y capaz de derribar a quien se interponga en su camino, lo que alimenta comentarios de que continúa con su vida y sus proyectos, incluso en momentos familiares difíciles.
En los últimos tiempos, la popularidad de Letizia ha sufrido altibajos. Los rumores sobre su supuesta aventura con Jaime del Burgo, las afirmaciones de que su matrimonio con Felipe VI no sería más que una fachada, y las especulaciones sobre sus intenciones ocultas han sido tema de conversación en muchos círculos. La reina ha tenido que esforzarse en ofrecer su mejor cara, intentando restar importancia a estas habladurías, mientras que desde Casa Real se mantiene una postura de silencio para no avivar aún más la opinión pública.
Pero, detrás de esa fachada, en Zarzuela se vive una situación muy delicada. La tía de Felipe, Irene de Grecia, conocida cariñosamente como la Tía Pecu, atraviesa un momento crítico en su salud. Hace algún tiempo, una prestigiosa revista reveló que su diagnóstico es Alzheimer, una enfermedad que avanza rápidamente y que la está consumiendo. La chispa espontánea, vivaz y curiosa que siempre la caracterizó parece haber quedado atrás; hoy, su realidad es muy diferente y su estado es grave.
Letizia no visita a la tía Pecu, se mantiene al margen de todo
Mientras Irene se enfrenta a esta dura enfermedad, la actitud de la consorte es objeto de controversia. Especialistas revelan que no ha mostrado interés en visitar a la tía en estos momentos tan difíciles, ni permite que sus hijas tengan contacto con ella.
Esto ha generado cierto malestar en algunos sectores, especialmente considerando que es una figura fundamental en la familia real. Lo antes expuesto puede deberse a que, en el pasado, Irene ha tenido desencuentros con Letizia, principalmente relacionados con la intención de la reina de desplazar a Sofía de Grecia y hacerle sombra en Zarzuela; algo que no ha sido bien visto por Felipe, quien siempre defiende a su madre y a su tía.
La relación entre la griega y la asturiana ha sido tensa, y algunos analistas aseguran que, en la actualidad, la situación en el palacio es aún más complicada. Esta disputa por el trato a la tía Pecu ha llegado a niveles que, según informes, nadie habría imaginado en la institución. La falta de apoyo de la reina en estos momentos críticos ha sido interpretada por muchos como una muestra de la distancia emocional que existe en estos días.
No lo parece en la superficie, pero la historia de la familia real española está marcada por conflictos internos, secretos y decisiones que, en ocasiones, parecen alejadas de la imagen de unidad y compromiso que se espera de una institución como la monarquía. Mientras Irene lucha contra una enfermedad irreversible, la decisión de Letizia de mantenerse al margen habla por sí sola.