En el mundo de la realeza, los detalles físicos y las similitudes familiares suelen ser motivo de atención y debate. Uno de los temas que ha despertado interés en los últimos tiempos es el notable parecido entre la princesa Leonor y su abuelo, Juan Carlos I. Desde su infancia, la heredera al trono ha sido comparada con el rey emérito, y muchos observadores señalan que en ciertos rasgos faciales y expresiones. La joven recuerda claramente a su abuelo, algo que a Letizia le irrita más de lo esperado.
Este parecido, como decíamos, no ha sido bien recibido por todos los miembros de la familia. Según fuentes cercanas, Letizia siente cierto desagrado ante la similitud física entre Leonor y Juan Carlos I. La razón principal de su incomodidad radica en las controversias que rodearon al padre de Felipe VI, especialmente en los últimos años, y en la percepción pública que aún persiste respecto a su figura.

La consorte, que siempre procura proyectar una imagen moderna y cercana, prefiere que su primogénita tenga una identidad propia y que no se asocie demasiado con los aspectos más polémicos del pasado familiar. La comparación con el anterior monarca, en su opinión, puede traer a la memoria episodios que la familia prefiere mantener en la privacidad y que no contribuyen a la imagen de estabilidad y renovación que desean proyectar. Para solucionarlo, le hizo una ofrecimiento a la princesa.
Leonor elige, Letizia la apoya en su cambio de imagen para desplazar definitivamente a Juan Carlos I
Las similitudes físicas entre familiares son naturales y, en el caso de la heredera, reflejan también la herencia genética que comparte con su abuelo. Sin embargo, en el entorno cercano a la familia, la percepción de que estas similitudes pueden traer consigo ciertas asociaciones no deseadas hace que la discusión sobre el tema sea más que superficial.
Para la asturiana, la estética es un factor muy importante. Es por ello que se dedica plenamente a cuidarse, desde la alimentación hasta los tratamientos estéticos que hacen parte de un plan para acentuar su belleza y promover su juventud. Teniendo en cuenta esto, no es tan descabellado saber que le propuso a su hija hacer unos cambios. Primeramente, se trataría de una rinoplastia, con la excusa de aliviar su malestar respiratorio y armonizar la nariz con sus rasgos faciales. Además de esto, hay otros tratamientos que servirían de mucho para alejar las características típicas de los Borbón.

A pesar de las opiniones encontradas, la hermana de la infanta Sofía no está segura de acceder a practicarse ninguna intervención. Sabiendo que ya es mayor de edad, asumirá sus propias responsabilidades y está siendo preparada para representar a la corona con su personalidad, más allá de las comparaciones físicas o las percepciones familiares.
Leonor y su afinidad física con Juan Carlos I es un tema que subraya las complejidades emocionales y políticas que rodean a la familia real. Letizia, por otro lado, es el claro ejemplo de cómo las expectativas públicas pueden influir en la forma en que se ven y se sienten estos detalles que, en última instancia, forman parte de la historia y la identidad de la monarquía española.