Adiós a Marivent. Marcharse de Mallorca y no volver ningún otro verano. Este es el pulso que Letizia hace diez años que le plantea a Felipe para la primera parte de agosto de la Familia Real: las vacaciones oficiales. Después los cuatro, con Leonor y Sofía, se marchan a las vacaciones secretas, a un destino oculto que solo conocen los escoltas. El año pasado viajaron a las islas griegas, en la mansión de lujo que tienen en el Mar Egeo los reyes de Holanda. Pero la tradición obliga a los reyes a residir y exponerse por vacaciones en un edificio oficial que siempre ha sido Marivent, en Palma. Letizia ya detestaba Mallorca cuando era princesa, y desde que es reina presiona para cambiar de destino. Quiere romper con todo lo que huela a Juan Carlos. De hecho, ni vive en el Palacio de la Zarzuela como le correspondería sino en el Pabellón del Príncipe. No quiere compartir con el suegro ni la que fue su habitación o su comedor. Nada. Si Juan Carlos escogió Palma sería para tener cerca a su amante mallorquina de siempre, Marta Gayá. Y a Sofía ya le iba bien porque dice que Mallorca le recuerda Grecia. Letizia sigue insistiendo en dejar Marivent para siempre. En ningún sitio está escrito que sea obligatorio veranear allí. Y ahora ha encontrado a dos aliadas que pueden hacerle ganar el pulso a Felipe: sus hijas. Están literalmente "aburridas" de Mallorca, enclaustradas y saliendo con los papás a visitar una expo de Miró. El verano ideal con 18 y 19 años.
La cronista monárquica con el oído más fino y la lengua más desinhibida es catalana y se llama Pilar Eyre. La escritora tiene información sobre esta tensión de 3 a 1 en la familia, Felipe prometió a sus amigos y compañeros de regatas que volvería cada año a competir en vela y las tres mujeres Borbón están hartas y proponen dos alternativas, dos ciudades para pasar las vacaciones oficiales. Obviamente tendría que ser en España o el escándalo sería monumental. Podrían soportar la presión de la prensa local balear por abandonar Marivent pero no la pasión de todos los diarios madrileños que considerarían una ofensa que los reyes veraneen en el Caribe. Según Pilar Eyre cuenta en Lecturas hay encima de la mesa dos ciudades españolas donde los cuatro royals podrían instalarse unos días cada principio de agosto: Santander o Galicia.
Escribe Eyre una crónica memorable sobre los primeros días de los Borbones en la isla y deja caer el mal ambiente de las mujeres Borbón contra Felipe: "La reina posó con esa indefinible expresión que siempre tiene en Mallorca, entre tensa e impaciente, pero el resto de actividades de ella y de sus hijas sigue siendo un misterio, aunque lo que es evidente es que han permanecido enclaustradas en Marivent. Y ya se habla con franqueza de que Letizia y sus hijas se aburren en Mallorca, no tienen “grupo” ni aficiones marineras, y se preguntan qué sentido tiene mantener esta finca de 50.000 metros cuadrados para que la pequeña familia vaya de mala gana a pasar apenas seis días. Y también se insinúa sino sería mejor buscar otro lugar de España más manejable para sus vacaciones y también más del gusto de Letizia y sus hijas, quizás en el norte, como Santander, o también en Galicia, si no fuera porque la presencia constante de Juan Carlos en Sanxenxo lo hace inviable". Felipe acabará cediendo pero con una condición: esperar a que la reina Sofía se haya ido de este mundo.