La Semana Santa no es una época que guste demasiado a la reina Letizia. Todo lo contrario. La aborrece. Sus nulas creencias religiosas hacen que estos días sean un verdadero vía crucis para ella.  Al menos eso es lo que se desprende de los relatos que se pueden leer en algunos de los libros más polémicos sobre su vida. Nos referimos a la obra ‘Adiós, princesa’, escrito por su primo David Rocasolano, o en ‘Letizia, una reina impaciente, del periodista Leonardo Faccio. En ellos queda claro la repulsión que tiene Letizia hacia la Iglesia y todo lo que representa.

La presunta contradicción entre las creencias de Letizia y sus acciones ante la Iglesia ha generado controversia. Aunque se ha presentado como católica ante autoridades eclesiásticas, se ha cuestionado su compromiso con la fe. La autenticidad de sus convicciones religiosas ha sido objeto de debate.

La reina Letizia, escéptica con la religión católica, "era la primera en cagarse en Dios"

La relación de Letizia con la Iglesia ha sido ambivalente. Aunque se ha mostrado participativa en eventos religiosos por protocolo, su actitud hacia la religión en privado es diferente. Según relatos de conocidos, Letizia ha expresado escepticismo hacia la institución religiosa y una falta de creencia en Dios. Esto contrasta con su representación pública de adherencia a la fe católica.

Felipe Letizia cara de funeral GTRES
Felipe y Letizia  GTRES

Su primo David y el periodista Leonardo Faccio han cuestionado su sinceridad religiosa, describiéndola como hipócrita y sugiriendo que su matrimonio eclesiástico podría ser considerado nulo. “Letizia era la primera que se cagaba en Dios y se ha puesto la mantilla para ir a ver al Papa. […] Verla rezar es alucinante. El paradigma de esta sociedad hipócrita”, narra el autor en su libro. De hecho, Letizia nunca se santigua. Y tampoco sigue las oraciones en ceremonias católicas.

Cuando Letizia mintió a la Iglesia

Asimismo, es cierto que la reina Letizia se casó por la iglesia con Felipe. Pero se le permitió solo después de simular haberse convertido al cristianismo. Ante el arzobispo de Madrid tuvo que fingir que es católica. "He visto la luz. Cuando conocí a Felipe vi la luz de la fe católica”. En este sentido, cabe recordar también que, según Rocasolano, Letizia ocultó el aborto al que se sometió antes de casarse con Felipe. Fue el propio Felipe quien pidió a Rocasolano que eliminara las pruebas, pues si hubieran salido a la luz, la boda no se hubiera celebrado. "Al primo le resulta hipócrita que Letizia comulgue con una institución que está en contra del derecho a abortar. La reina Sofía y la Iglesia no hubieran consentido la boda si supieran que había abortado. Letizia estaba en un limbo legal”, relata Faccio.

La discrepancia entre la apariencia pública y la vida privada de Letizia revela una dualidad en su persona. Mientras que exteriormente ha simulado una adhesión a las prácticas religiosas, en la intimidad muestra una postura más escéptica y crítica hacia la religión y la fe en Dios.