Un Borbón no dejará nunca de ser un Borbón, pero puede renunciar a formar parte de la Familia Real con un detalle muy fácil: renunciar a sus derechos dinásticos, renunciar a la sucesión. Ser heredero de Leonor tiene peajes y ventajas: escolta, protección en la prensa y en los tribunales, ser considerado en el protocolo de las fiestas oficiales de la Corona y el evidente nepotismo de acceder a lugares de privilegio sin tener que mostrar méritos. Por el contrario, entre los peajes el más importante: mantener una vida ejemplar, un peaje que solo ha cumplido uno de los primos de Leonor: Pablo Urdangarin. Precisamente este es el que ha pedido ser apartado de la Familia Real, en términos del digital afín en la Corona Monarquía confidencial: "La infanta Cristina respeta la decisión de Pablo Urdangarín de desligarse de la Familia Real'. Primera baja en los posibles sucesores de la reina Leonor, y es la más importante. Pablo es el único de los seis primos de la princesa con derecho a sucederla (Froilán, Juan, Victoria, Pablo, Miguel e Irene) que tiene una imagen impecable y que haría buen papel formando parte de la Cort ede la futura reina. Pablo ha dicho adiós.

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Pablo termina por amor, GTRES

Pablo es de los seis primos lo único tiene una relación profesional, personal y amorosa consolidada. Enamorado de la futura médico catalana Johanna Zott, con un piso en Pedralbes que le está reformando su madre, la infanta Cristina, con una carrera deportiva en la élite, en el segundo equipo de España, el Granollers y estudiante de una carrera que combina deporte y negocios para labrarse un futuro posterior al balonmano y que no le pase como a su padre Iñaki, que cuando dejó el Barça perdió la cabeza con negocios ilegales que lo llevaron a prisión. Pablo quiere huir de todo lo que implica ser Borbón, su segundo apellido, porque no le hace falta, tiene dinero, amor y estabilidad sin necesitar el foco permanente de la prensa que acabaría perjudicando su relación amorosa con la discreta Johanna. Así que ha dicho que se aparta, por amor y por convicción. En un futuro puede formalizarlo como una renuncia por escrito a los derechos sucesorios, una renuncia que Felipe exigió a Cristina cuando estalló el caso Nóos. La infanta nunca quiso ceder, por miedo a perder la protección que implica. Solo se le privó del ducado de Palma, un mero título nobiliario menor al de infanta, pero nunca abandonó el orden sucesorio. Pablo ha dicho que se va y Cristina le ha dado el OK.

Johanna Zott Infanta Cristina Pablo GTRS
Johanna Zott con la Infanta Cristina y Pablo GTRS

El digital lo explica como una decisión ya tomada entre madre e hijo: " "La hermana del rey Felipe VI respeta la decisión de su hijo Pablo Urdangarin de “desligarse” progresivamente de la institución, y plantea aplicar la misma filosofía con el resto de sus hijos, incluida la benjamina, Irene. Cristina considera prioritario que sus hijos se formen académicamente y construyan su futuro profesional lejos de las dinámicas de la Casa Real. Pablo Urdangarin, por su parte, ha sido firme en la decisión de no vincular su vida profesional al entorno de la Familia Real". Pablo es el único que se ha valido de su talento para hacer una vida, personal y profesional, de adulto. Sin hacer de influencer por apellido, sin trabajar en Abu Dhabi enchufado por el emérito o sin hacer al zángano como sus tres hermanos Urdangarin.

Los seis primos de Leonor Atenas GTRES
Los seis primos de Leonor Atenas GTRES

Pablo solo tiene una duda pendiente: renunciar a la herencia multimillonaria que le dejará Juan Carlos cuando muera. Es una decisión que los marcará a todos para siempre, y la tendrán que tomar más pronto que tarde. Felipe ya advirtió que renunciaba a esa herencia rara de dinero negro, estigmatizando a los Borbones que no lo imiten, que quedarán manchados por la sospecha de la corrupción para siempre. Pablo, el más catalán de la familia, se lo piensa: dinero u honor.