La princesa Leonor sigue sorprendiendo dentro y fuera de los muros de Zarzuela. Su vida personal se ha convertido en tema de conversación constante, y no solo por sus compromisos militares. Ahora vuelve a estar en el centro del foco por un nuevo romance que, según fuentes cercanas, apunta a ser muy distinto de los anteriores.
El pasado quedó atrás. Primero estuvo Gabriel, aquel joven de raíces estadounidenses y brasileñas que conoció en el internado de Gales. La relación fue breve pero intensa. Compartieron momentos familiares y hasta lo vimos un año en Marivent junto a los reyes. Sin embargo, la distancia lo arruinó todo. Gabriel se marchó a Estados Unidos y la historia terminó con un “seguimos siendo amigos”. Nada más.

Leonor, de Gabriel al guardiamarina de la Armada
Después llegó el amor en la Armada. Durante su formación en la Escuela Naval de Marín, Leonor se dejó llevar por la complicidad con un compañero. Se les vio en bares de Pontevedra, en salidas con amigos y en el buque escuela Juan Sebastián Elcano. Nadie dudaba de que eran pareja. Pero pronto aparecieron los problemas. La joven heredera se cansó de los celos constantes. “Terminaron mal porque era una relación tóxica”, aseguran voces del Juan Sebastián Elcano. Apuntaban, además, que el chico era muy interesado, siempre queriendo salir a las fotos junto a la princesa.
Ese episodio dejó huella. Fue la primera vez que se habló de una relación conflictiva en la vida de Leonor. La futura reina, con apenas 18 años, decidió cortar de raíz antes de que el desgaste fuera mayor. Y así, entre la presión de la formación militar y su vida personal, volvió a quedar soltera.

Nuevo amor tras su paso por Marín
Pero no por mucho tiempo. En los pasillos de Marín habría surgido una nueva conexión. Esta vez con un hombre más de diez años mayor, perteneciente a una familia con dinero y con una vida marcada por la discreción. Sin redes sociales, sin fotografías filtradas, sin exposiciones públicas. Justo el perfil que encaja con lo que la Casa Real considera adecuado.
El círculo de confianza de Leonor describe a este nuevo pretendiente como alguien maduro, reservado y con una visión muy distinta de la de sus anteriores parejas. Una figura capaz de aportar estabilidad en un momento clave. No es un militar más. Tampoco un joven estudiante sin rumbo. Es un hombre que ya tiene su vida organizada y que, según cuentan, entiende perfectamente el nivel de responsabilidad que implica estar cerca de la heredera al trono.
Por ahora, sin embargo, la relación ha tenido que distanciarse. Leonor comenzó recientemente su formación en el Ejército del Aire, el último año antes de recibir la tercera y última condecoración. Los vuelos, los simuladores y la intensidad de la rutina militar limitan su tiempo y su libertad. El contacto con su nuevo novio se ha visto reducido, aunque fuentes cercanas aseguran que ambos mantienen la complicidad y la ilusión de retomar la cercanía en cuanto la princesa termine sus obligaciones.