Leonor experimentó una etapa tumultuosa durante la mayor crisis de sus padres, Letizia y Felipe, en 2013, cuando apenas contaba con 8 años. En ese momento, el concepto de convertirse en la futura reina de España parecía distante para ella, que asistía a la primaria en el colegio Santa Maria de los Rosales, el mismo donde su padre también cursó sus estudios. Sin embargo, la atmósfera en su hogar no reflejaba precisamente armonía. A pesar de las constantes disputas entre los reyes, se esforzaron por evitar que esto afectara el desarrollo de sus hijas.

Felipe Letizia Puig GTRES
Felipe Letizia Puig GTRES

A lo largo del tiempo, Felipe y Letizia mantuvieron en secreto la verdadera razón detrás de sus conflictos, que estuvieron al borde del divorcio. Jaime del Burgo, finalmente, rompió su silencio al revelar que el motivo era una infidelidad por parte de la reina con él, durante varios años. Aunque esto ocurrió en el pasado, Leonor y Sofía, ahora mayores, son conscientes de los eventos. A pesar de que sus perfiles de redes sociales son privados y ficticios, han accedido a noticias sobre la supuesta infidelidad y, se dice, que la princesa ha buscado explicaciones directamente a su madre.

Leonor ha descubierto toda la verdad de la ruptura de sus padres 

Leonor ha buscado refugio en la figura de su padre, Felipe, viéndolo como un modelo a seguir para su eventual reinado, siempre y cuando la sombra de Jaime del Burgo no amenace la estabilidad de la princesa. Las imágenes de sus padres discutiendo a gritos en Zarzuela rondan en su mente, y observarlos durmiendo en habitaciones separadas siempre le resultó confuso durante su infancia, aunque ahora comprende mejor las razones.

Leonor y Felipe VI
Leonor y Felipe VI

Desde 2012, el hogar de Leonor y Sofía se encontraba fracturado. Las consecuencias de la disfunción parental recaían en ellas, ya que presenciaban la falta de afecto entre sus padres, quienes evitaban coincidir en casa, a menos que fuera por compromisos institucionales o para aparentar frente a las cámaras. Sin embargo, el problema no radicaba solo en la tensa relación de sus progenitores; la personalidad controladora y calculadora de Letizia también contribuía al conflicto. La madre no permitía que sus hijas disfrutaran de libertad, llevándolas a buscar independencia al alejarse de ella. Ahora, Leonor y Sofía experimentan una sensación de liberación y autonomía, como cualquier persona de su edad, alejadas de la influencia materna.