Creía que no iba a terminar nunca, pero finalmente no fue tan largo como parecía, Leonor le ha encontrado la parte positiva a su travesía a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano como parte de su formación militar con la Armada. Todavía recuerda cuando se despedía de sus padres un 11 de enero desde el puerto de Cádiz. Seis meses de travesía por delante y un total de ocho países. Ya han pasado casi cinco meses y ha visitado siete de ellos. Esta semana el barco se encuentra en Santo Domingo, República Dominicana. La semana que viene pondrá rumbo a Estados Unidos, concretamente a Nueva York para reunirse con Donald Trump en la Casa Blanca. Todas las visitas de la princesa son tratadas como viajes de Estado.

Las primeras semanas fueron las más complicadas para ella porque pasó un total de 21 días sin salir del barco. Tres semanas es el tiempo que tardó en recorrer el buque escuela el camino de las islas canarias a San Salvador de Bahía, Brasil. Unos días muy complicados porque sufrió fuertes mareos y vómitos, ya que ella no estaba acostumbrada a esos movimientos ni a un espacio tan reducido para tantas personas. A diferencia de sus compañeros, ella solo recibió instrucciones en tres meses, el resto en tres años. No estaba suficientemente preparada.
Leonor no viaja sola en esta travesía, porque le acompañan cinco escoltas. Son los encargados de garantizar su seguridad otorgándole protección ante cualquier peligro, eso también implica la presión mediática. La princesa se ha sentido perseguida por los paparazzi. Es la primera vez que sale de un terreno seguro como España. Sin la Casa Real cerca, el objetivo era mucho más fácil para los medios de comunicación.
Leonor está harta de sus escoltas
A fin de cuentas, ella ha vivido como cualquier otro compañero y ha disfrutado del tiempo libre. En más de una ocasión, los fotógrafos han logrado jugársela a los escoltas. Las fotografías de la nueva pareja de la hermana de Sofía en una fiesta en Brasil, o las primeras imágenes de Leonor en bikini en la playa, incluso la difusión de unas grabaciones en un centro comercial, algo que vulnera la intimidad y privacidad de cualquier persona. Letizia se tomó la justicia por su mano y despidió a tres de los cinco escoltas tras estos episodios.
Leonor está muy harta del seguimiento de los escoltas porque le restan intimidad y más ahora que tendría nueva pareja. Les ha pedido un poco de distancia, pero como estos no pueden dejarla sola, la princesa se ha encarado a ellos por primera vez.
