Este 1 de septiembre, la princesa Leonor retoma su formación en la Escuela del Aire de San Javier, en Murcia. Un año decisivo que marcará el final de su preparación militar y donde recibirá la tercera de sus medallas, requisito indispensable para estar lista como futura jefa del Estado. Sin embargo, su regreso no ha pasado inadvertido: vuelve fuera de forma, con varios kilos de más y sin haber seguido las estrictas pautas médicas y deportivas que le exigen sus instructores.

Princesa Leonor Casa Real
Princesa Leonor / Casa Real

Durante el verano, Leonor disfrutó de un largo descanso en Palma y de escapadas privadas que le permitieron desconectar de la rígida disciplina militar. Pero esa libertad tuvo un coste. En las revisiones médicas recientes, los doctores de la academia constataron un aumento de peso significativo y un bajo nivel de resistencia física. Las alarmas se encendieron: la heredera, que debería llegar en plena forma a su último curso, se presenta debilitada y con escaso hábito de ejercicio.

Leonor no está al nivel de sus compañeros 

El contraste con sus compañeros es evidente. Mientras otros cadetes aprovechan el verano para entrenar y reforzar su capacidad física, Leonor ha preferido disfrutar de la gastronomía y la vida social. Los instructores ya le habrían advertido de la necesidad de ponerse a punto cuanto antes. En San Javier la exigencia es máxima: pruebas físicas durísimas, marchas interminables y entrenamientos que no admiten privilegios, ni siquiera para una princesa.

Su entorno más cercano admite que a Leonor le cuesta mantener la disciplina fuera de la academia. Es joven, le gustan los caprichos y no sigue la dieta diseñada por su nutricionista. Además, no tiene la misma pasión por el deporte que su hermana Sofía, mucho más disciplinada y activa. Este desfase preocupa, porque la imagen de Leonor como futura reina depende también de la fortaleza y resistencia que logre demostrar en público.

El próximo año será crucial. Terminará su formación militar y se presentará oficialmente como heredera preparada para asumir el trono en el futuro. La princesa sabe que el escrutinio es implacable: cada gesto, cada fallo físico y cada desajuste en su aspecto se convierte en titular. Por eso, en San Javier no hay margen para la indulgencia. Leonor tiene solo unas semanas para recuperar la forma y demostrar que está a la altura del papel que le espera.

Felipe VI y la princesa Leonor EFE
Felipe VI y la princesa Leonor / EFE