Hay un miembro de la saga Borbón a quien le silban los oídos desde hace horas. Podría ser Letizia Ortiz o Felipe VI, que la han pifiado pero bien con el famoso retrato fotográfico de Annie Leibovitz. Los reyes de España consideraron que el 7 de febrero, aniversario del suicidio de la hermana de la consorte, era el mejor día para citarse con el objetivo de la norteamericana. También le podían caer palos por el tema Del Burgo; el navarro, examante (y más) de la royal, está muy callado. Imaginamos que es la calma antes de la tormenta, y que llegarán nuevos chubascos e incluso huracanes. De momento, ni una ligera brisa. Pero no, a quién están poniendo a parir con especial énfasis no es a los depositarios de la corona. Es a una joven miembro del clan que la ha liado gorda: Victoria Federica.

Lo último de la señorita Marichalar ha sido armar un escándalo con una reportera en medio de la calle. Un espectáculo marca de la casa. Vic te la lía en un lavabo, en una parada de taxis, en un avión o en la vía pública. Da igual, le importa todo un rábano. Se sabe impune y protegida. Y si se pasa dos pueblos, siempre le quedará Abu Dabi como al abuelo Juan Carlos o al hermano Froilán. Esta protección no es solo física, con escoltas o contravigilancia (digan lo que digan los cortesanos de siempre): también hay una legión mediática que se ocupa de blanquearla a todas horas. Y aquí entran las publicaciones rosa, pero también las especializadas en moda. Vender el producto Vic, modelo, influencer e icono total se ha convertido en una obsesión enfermiza.

Victoria Federica tapa cara GTRES
Victoria Federica / GTRES
Victoria Federica ataca prensa GTRES
Victoria Federica / GTRES

Es evidente que a la joven no le ríen las gracias ni le hacen la pelota por tener estilo propio, por carisma, elegancia ni ningún don en la materia. Es solo por apellido, por intereses. Y lo que acaba de hacer la revista 'Woman' es un ejemplo paradigmático. Cuelgan fotos de la protagonista durante su tempestuosa visita al showroom del diseñador de pijos andaluces Roberto Diz. Evidentemente, del incidente macarra de la hija de la infanta Elena y Jaime Marichalar, ni media palabra. No ha existido. En cambio, nos intentan dar gato por liebre, planteando a sus lectores (interesados e interesadas en la moda) si el "look de diario" mola o no mola. Han escogido tres imágenes. Y el becario está despedido. Vaya chapuza.

La chapuza, la de Victoria Federica. Despeinada y con aspecto dejado (como Froilán), mal. Con la gabardina arrugada como si lo acabara de recoger del suelo de un after a las 7 de la mañana, mal. Y con un bolso de mano de Chanel de 3.000€. Muy mal. Es un cuadro. De diario, pero un cuadro. El mundo de la moda y la gente que lee la revista la destrozan: "Igual de ridículo que el que intentéis hacerla icono de moda cuando es una ridícula", "una planchadita a la gabardina no le vendría nada mal", "hoy no había tiempo para peinarse ...la gabardina la tendría debajo de toda la ropa en una silla", "pereza máxima", "todo en ella me espanta". Podríamos seguir, pero es hacer sangre de manera gratuita. Leonor se estará partiendo de risa, eso sí. El cadáver de su enemiga pasa por delante de su casa. Al final, todo llega.

Victoria arrugada Insta
Victoria Federica / Instagram