Leonor está inmersa en la formación militar con la Escuela del Aire de San Javier. Es su último año con el ejército. Una vez finalice por fin recibirá la máxima condecoración, obtendrá el rango más alto de las Fuerzas Armadas, que hasta ahora solo ostentan dos hombres, Felipe VI y Juan Carlos I. Ha sido una etapa muy dura para ella que está deseando terminar. Cada año ha sido peor que el anterior. En esta ocasión uno de los principales problemas es el avión. La princesa siempre viaja en aviones privados con todas las comodidades del mundo, pero no en un Pilatus C-21. Tiene fobia a las alturas y ha estado en tratamiento con psicólogos para eliminar este miedo. Parece que no ha sido posible porque durante todo el año nunca pilotará un Pilatus C-21, sino un simulador, y en todo momento estará guiada por la instructora.

Leonor saluda a sus superiores en la escuela del aire
Leonor saluda a sus superiores en la escuela del aire

La hija de Felipe VI ha pasado directamente con los alumnos de cuarto curso, y en tan solo un año debe aprender lo mismo que el resto en cuatro años. Ha iniciado esta formación como alférez y la finalizará como teniente. Las reglas son exactamente las mismas, incluso ya ha recibo alguna amonestación por no estar en forma. Dista mucho del nivel de sus compañeros. Cuando realiza unas cuantas flexiones, por ejemplo, acaba exhausta, no puede ni correr varios kilómetros a un buen ritmo.

El pasado 1 de septiembre volvió a las rutinas de siempre. Levantarse a las 6:30 de la mañana, prepararse, realizar el recuento, desayunar e iniciar las clases a las 7:40. Las primeras clases hasta el descanso se prolongan hasta las 15 horas y se retoman a las 16 horas hasta las 18 horas tras el almuerzo. Hasta las 22:15 horas pueden salir a dar un paseo, estudiar o a lo que quieran dedicar su tiempo libre. La cena, que puede realizarse fuera, es a las 20:30 horas y se decreta silencio a la 22:30.

Leonor no pilotará un avión sola 

El mayor reto para la hermana de Sofía es pilotar. El coronel Luis González Asenjo, director de la academia, no cree que la princesa vaya a pilotar en este curso un avión en solitario, ya que no está preparada ni recibirá toda la información necesaria en tan poco tiempo. Ante todo se debe priorizar la seguridad de la futura reina de España. Eso sí, deberá pilotar la aeronave con un perfecto nivel desde los simuladores. Una instructora se encarga de ello.

Tampoco está siendo algo sencillo y no lo quiere hacer sola. Tiene mucho miedo al ver las imágenes desde el aire, le producen cierto vértigo. Entre los entrenamientos y estas sesiones de simulador de vuelo, Leonor acaba muy mareada y deshidratada, le recomiendan beber mucha agua y prácticamente se pasa todo el día bebiendo. Hasta unos cinco litros. Esto le sucede debido a los nervios y a la ansiedad cada vez que pilota un Pilatus C-21.

Leonor montada en el Pilatus
Leonor montada en el Pilatus