Leonor ya es adulta y tiene que defenderse ella solita. La princesa heredará una corona, un reino, un sueldo Nescafé, pero también problemas y enemigos. Felipe y Letizia tienen uno en la prensa especializada en la crónica real. El más veterano y conocido, Jaime Peñafiel. Ha sido confesor de su padre Juan Carlos, le ha expiado los pecados, lo defiende a ultranza. Y precisamente por eso es el azote de los reyes en ejercicio. La lista de Letizia es larga, llena de ofensas. La de su hijo Felipe, más corta: echarlo de España. Imperdonable. Hace años que les está haciendo pagar el agravio al emérito y residente en Abu Dabi.
El periodista es un especialista en la pulla, en la guantá sin manos. Este sábado publica una de estas en 'LOC'. La letra pequeña de Peñafiel siempre es un territorio peligroso: se ríe de la reina, de sus costumbres alimentarias, de las filias y fobias. Y la reduce a una caricatura. Habla de un anuncio de una hamburguesería de éxito, iniciativa de un chef catalán con pasado en 'Masterchef', que usa la imagen de Letizia devorantdo una burger chorreante. El símbolo de todo lo que no ha permitido a su hija mientras era menor, por cierto, y que ya no puede controlar cuándo sale con la tropa a bares baratos de Zaragoza. Pues bien, lo siguiente: "La Leti del anuncio de hamburguesas de una cadena tiene un sorprendente parecido con la Consorte real. Para eso lo han hecho. Hay quien piensa que es de mal gusto utilizar a quien tanto se parece, para un anuncio. A mí no. Hasta lo hicieron de la reina de Inglaterra". Un elogio, ¿verdad?


El caso es que Peñafiel, quien, por cierto, está muy preocupado por la destrucción de España y otras conspiraciones en curso, pasa a poner en la diana a la hija del matrimonio real. Leonor ya no es intocable, y tras la fiesta de "my sweet 18" de hace unas semanas, empieza a recibir. Utiliza una técnica muy efectiva para hacer subir los colores a la Casa Real española, una que la pone contra las cuerdas y a menudo el combate acaba por KO: compararla con sus homólogos europeos. Y es que lo que ha hecho la princesa Ingrid de Noruega, de 19 años y futura reina del país escandinavo, le ha dejado pensativo. Se va de palacio, deja a sus padres y hermanos y se independiza. Pero no se va al equivalente de la Milla de Oro, Sotogrande o la Puerta de Hierro, como sería lo más normal en España. Su perfil es mucho más bajo.

Ingrid ha alquilado un apartamento de 40 m² en Oslo, lejos de los lujos habituales y cotidianos de la inmensa mayoría de royals. Una rara avis. Y una extraterrestre si pensamos en los Borbones. "¿Lo hubiera hecho en España Leonor?" Buena pregunta. Tiene suerte la princesa de encontrarse haciendo la mili, si no fuera así sabríamos la cruda realidad. Ni siquiera tenemos claro si volaría del nido o se quedaría bajo el ala protectora de papá y mamá. De momento, Felipe ha encargado a sus amigos militares que la acojan durante los próximos 3 años. Ha procrastinado el problema. Llegará el momento, eso sí, y veremos cuál es el desenlace del enigma malicioso planteado por Peñafiel. Ahora bien, no la vemos viviendo apretada, la verdad. Y lo sabe todo el mundo. El primero, el remitente. Vaya que sí.
