Leonor se despidió de sus compañeros del Juan Sebastián Elcano en Nueva York, con los que ha compartido cinco meses de navegación alrededor de ocho países distintos. Incluso con uno de ellos habría afianzado una relación que podría no pasar por un buen momento. Por ello la distancia ha venido bien entre ellos antes de reencontrarse de nuevo en Gijón. Mientras los guardiamarinas navegan otras tres semanas hasta España, la princesa viajó hasta canarias para un nuevo reto que forma parte de su formación militar con la Armada, en esta ocasión ya convertida en oficial. Le falta menos de un mes para recibir la máxima condecoración y estar a un paso más de finalizar la formación militar y poder ser la futura Jefa de Estado.

La hermana de Sofía se embarcó en la fragata Blas de Lezo, con mayor tecnología y con más de 200 personas a bordo. No obstante, las condiciones son similares a Elcano. También duerme en un camarote con literas con otras tres personas y comparte duchas. Los espacios son reducidos y debe cumplir con un horario estricto, ya que lo más importante en estas formaciones es la disciplina. Nuevamente con Leonor no se va a hacer ninguna diferenciación, aunque saben que ella no está preparada para este entrenamiento tan duro porque no reúne las condiciones físicas necesarias. En su caso está obligada a realizar esta formación, no es decisión suya como el resto de sus compañeros, por ello se le pasan más cosas por alto. Además, intenta hacer una formación de varios años en tan solo un curso.
Leonor sufre de nuevo mareos y vómitos en su primer día en el Blas de Lezo
La princesa se embarcó en el Blas de Lezo el pasado sábado a las ocho de la tarde aproximadamente. Subió las escaleras con la prensa a sus espaldas y fue recibida por el comandante de la embarcación. Allí conoció cada uno de los rincones de la fragata y a sus nuevos compañeros. Se le explicó en que consistían estas semanas de formación pero se pasó todo el domingo encerrada en su camarote.
Leonor continúa con los mismos problemas que en Elcano y más después de una semana de descanso sin estar en una embarcación. La princesa volvió a sufrir fuertes mareos y vómitos y para ello se le recetó biodramina cada ocho horas durante los primeros días. Parece que ya se encuentra mejor y ha podido reincorporarse por fin con sus compañeros, aunque no se le quiere dar tanto trabajo para que se acostumbre poco a poco.
