Leonor se enfrenta a uno de los retos más importantes en su carrera como futura jefa de Estado. Para heredar el trono necesita la formación en los tres ejércitos y recibir la máxima condecoración en cada uno de ellos. El próximo mes concluirá su formación militar con la Armada donde ha vivido una de sus experiencias más enriquecedoras, pero también la más dura. La princesa se embarcó en el buque escuela Juan Sebastián Elcano, y el proceso de adaptación fue muy complicado, ya que nunca había estado en un barco de estas características encerrada durante tanto tiempo con tan poco espacio y cruzando el Atlántico. En su caso, a diferencia de sus compañeros, solo recibió tres meses de instrucción, mientras que el resto de guardiamarinas llevaban tres años en la Escuela Naval de Marín. Por ello sufrió cinetosis. Fuertes mareos y vómitos que la mantuvieron los primeros días confinada en el camarote y tuvo que recibir atención médica por deshidratación. Le suministraron biodramina cada ocho horas para calmar esos mareos.

La princesa Leonor en el Blas de Lezo / Casa Real
La princesa Leonor en el Blas de Lezo / Casa Real

Las tres primeras semanas fueron las más duras porque viajó durante 21 días sin salir del barco de España a Brasil. Algo similar ha pasado ahora, aunque ella se ha librado. Sus compañeros están de camino a Gijón desde Nueva York, otras tres semanas de travesía que ella se ha saltado por otros compromisos. Siguiendo el programa de la Armada, el pasado fin de semana se incorporó a la fragata Blas de Lezo.

Leonor combatirá en la fragata del Blas de Lezo, el último reto con la Armada 

En esta nueva embarcación mucho más tecnológica y preparada para el combate, Leonor dormirá en camarotes con otras compañeras, en literas y compartirá baño. Esta fragata fue diseñada y construida por Navantia. Con 147 metros de eslora y capacidad para 230 tripulantes, su sistema de combate AEGIS lo convierte en uno de los buques más avanzados del mundo. 

En la fragata Blas de Lezo tendrá que disparar a blancos imaginarios en el mar. Combatirá con otras embarcaciones militares, un total de 1900 militares se darán cita en estas dos semanas para realizar todos los entrenamientos.

En este caso la fragata no se moverá de la zona de canarias, pero aunque sea todo mucho más tecnológico y preparado para una hipotética guerra, es mucho más incómoda e inestable que Elcano. Por ello, la princesa aún toma la biodramina para combatir esos mareos y vómitos. De esta forma evita tener que confinarse como al principio, ya que no puede perderse este entrenamiento. El equipo médico está en todo momento pendiente de su integridad física y emocional.

Mano a Leonor CR
Mano a Leonor / CR