Lara Ferreiro es una reconocida psicóloga madrileña especializada en adicción emocional, relaciones de pareja y autoestima. Con una profunda experiencia en análisis psicológico, ha dedicado tiempo a entender las complejidades que enfrentan figuras públicas en su vida personal. En esta ocasión, centró su atención en la difícil situación de Charlene de Mónaco, analizando en detalle la relación tensa que la princesa mantiene con algunos miembros de la familia Grimaldi.

A principios de julio, Alberto y Charlene de Mónaco celebraron 14 años de matrimonio, un aniversario que, si bien marca una etapa importante, también revela las dificultades que han atravesado en su vida en común, las cuales Lara Ferreiro analiza en este contexto. La historia de la princesa sudafricana en su boda no fue la de un cuento de hadas. Según relatos y testimonios, vivió ese día con lágrimas y expresión circunspecta en momentos clave de la ceremonia.

Se habla mucho de que, en ese momento, ella planeaba abandonar todo y alejarse, pero fue interceptada y devuelta, cumpliendo con las expectativas de su rol. Pese a que muchos detalles de esta historia son rumores que afirman revistas e informantes monegascos, hay verdades evidentes que trascienden. Como aseguran, la royal tendría un inconveniente mayor con los hijos que Alberto II reconoció. Los datos analizados por la psicóloga son impactantes. 

La conducta de Charlene de Mónaco, analizada por Lara Ferreiro

Ferreiro, consultada por la revista Lecturas, analizó los retos que la consorte ha enfrentado en su matrimonio con el Príncipe de Mónaco. Señala que: “Al enterarse de que Alberto tenía dos hijos secretos, Charlene pudo haber sentido un golpe muy duro. Ella fue la princesa más triste en su boda, y durante años ha estado extremadamente deprimida. Creo que ha sido una pareja superatormentada”. La situación se complica aún más por la presencia de otros hijos fuera del matrimonio, a quienes el aristócrata ha dedicado atención y cariño, generando en su mujer sentimientos de rechazo y heridas emocionales.

En particular, Jazmin, la hija de Alberto que fue reconocida oficialmente y a quien algunos llaman la heredera de Grace Kelly, parece ser una figura que altera mucho a la princesa. “Su presencia mediática puede incomodar muchísimo a Charlene, que la vea como una enemiga”, comenta Ferreiro. La madrileña también sugiere que la exdeportista olímpica puede experimentar sentimientos de celos y resentimiento hacia los descendientes ilegítimos de su esposo, especialmente porque, aunque no están en la línea de sucesión, simbólicamente representan una competencia al trono y a la atención que recibe.

Este complejo entramado emocional, según Lara Ferreiro, puede estar afectando profundamente la estabilidad emocional de Charlene de Mónaco, quien ha tenido que lidiar con la exposición pública, las expectativas familiares y sentimientos internos. Así mismo, habría que decir que el papel que juegan las madres de los jóvenes, Jazmin y Alexandre, podría haber generado parte del conflicto entre la pareja. Lo cierto es que, a día de hoy, los representantes de la Casa Real monegasca intentan mantener una “estabilidad” de cara a la galería.