En los últimos tiempos, los rumores sobre la relación entre Charlene y Alberto de Mónaco han cobrado fuerza, alimentados por especulaciones sobre una posible falta de conexión romántica entre ambos. Algunos aseguran que su matrimonio sería más un acuerdo estratégico que una unión basada en el amor, y que cada uno podría tener otras parejas en secreto. Estas teorías, aunque no confirmadas oficialmente, parecen tener cierta base, especialmente si se consideran los problemas que parecen atravesar en su vida personal.
Uno de los temas que más ha levantado sospechas en la complicada relación de Alberto de Mónaco y Charlene son los hijos que tuvo él fuera del matrimonio, aunque el nacimiento de los hijos fue antes del matrimonio de los príncipes. Se sabe que, hace años, el príncipe reconoció a Jazmin Grace y Alexandre Coste, hijos que tuvo con otras mujeres, pero la relación que tiene con estos jóvenes no parece ser la más cercana. Por otro lado, la ex-nadadora, según algunos rumores, no quiere que sus hijos, Gabriella y Jacques, tengan ningún vínculo con sus hermanos mayores, lo que añade más tensión a la ya delicada situación familiar.

Año tras año, la princesa de Mónaco ha aparecido en los eventos públicos con gestos de desánimo. Sus ausencias en las responsabilidades oficiales suman más interés a los medios que afirman que el matrimonio es un acuerdo económico pautado antes de la boda. Y a estas posturas se adhieren nuevas informaciones.
La confesión del antiguo consejero de Alberto de Mónaco le trae problemas con Charlene
Lo que realmente ha sacudido la opinión pública y el entorno cercano del principado ha sido la revelación de Claude Palmero, quien fuera administrador financiero y confidente de Alberto II. Gracias a su cercanía con la familia, Palmero pudo conocer detalles que hasta ahora permanecían en secreto. Entre ellos, destaca una confesión impactante: Charlene de Mónaco habría gastado más de 15 millones de euros en menos de una década. Una cifra que supera incluso el salario anual de la princesa, que asciende a 1,5 millones de euros, reportó el diario ABC.

Este gasto desproporcionado ha generado un gran revuelo, especialmente en un país como Mónaco, conocido por su economía sólida y su presupuesto bien gestionado, a pesar de ser una de las casas reales más pequeñas de Europa. La situación se vuelve aún más polémica si se tiene en cuenta que Palmero también reveló que Alberto tuvo que comprar un “piso de soltero” a nombre de un tercero para evitar que su mujer lo descubriera. Este tipo de acciones parecen indicar que la relación entre ambos no pasa por su mejor momento y que hay secretos que podrían acabar con la supuesta estabilidad del matrimonio.
Las confesiones de Palmero aportan luz sobre la vida privada de Alberto de Mónaco y Charlene, así como amenazan con alterar la imagen pública de la familia real monegasca. La combinación de problemas familiares, gastos excesivos y secretos turbios parecen indicar que el vínculo entre los representantes de la Casa Grimaldi está en una encrucijada, y solo el tiempo dirá si podrán superar estos obstáculos o si, por el contrario, la historia llegará a su fin.